Un volumen de 140.000 litros de gas fue decomisado en el estado de Puebla en un operativo contra el robo de combustibles en el que fueron detenidas 23 personas, informó hoy la Fiscalía General de la República (FGR) mexicana.
En el operativo de la FGR se incautaron también cuatro inmuebles, 40 camiones cisterna, tres remolques, 53 bombonas y 15.000 pesos (unos 778 dólares), dijo la Fiscalía en un comunicado.
Una denuncia recibida en diciembre pasado llevó a los policías federales a una toma clandestina desde la cual camiones cisterna llevaban gas LP (licuado de petróleo) a un domicilio en Puebla, centro de México, precisó.
Las autoridades no precisaron la localización de la toma clandestina ni de los inmuebles, aunque Puebla está dentro de los estados mexicanos con una mayor incidencia de robo de combustibles.
En su territorio se localiza el llamado Triángulo Rojo, un conjunto de municipios en los que el robo a través de tomas en los oleoductos se convirtió en un jugoso negocio los últimos años.
El volumen de gas LP decomisado en Puebla tiene un valor comercial aproximado de 1,4 millones de pesos (74.792 dólares) en la Ciudad de México.
Sin precisar los cargos contra los 23 detenidos en el operativo, la Fiscalía confirmó que todos ellos serán puestas a disposición de un juez federal que se encargará de determinar su situación jurídica.
Desde el arranque de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre de 2018, el Gobierno lanzó un combate frontal al robo de hidrocarburos, que según datos oficiales le cuesta al país unos 65.000 millones de pesos (3.371 millones de dólares) al año.
Las autoridades reforzaron la seguridad y la vigilancia en los oleoductos y se decidió usar camiones cisterna para trasladar el combustible, lo que causó desabastecimiento de combustibles en diez estados a principios de 2019.
En lo que va del año, las autoridades mexicanas han clausurado una docena de tomas clandestinas en los estados de Hidalgo, México, Puebla, Guanajuato y Ciudad de México, donde se han llegado a encontrar en zonas de alta concentración urbana.
El momento más complicado que se registró en esta política contra el robo de combustibles ocurrió el pasado 18 de enero cuando una toma clandestina en Tlahuelilpan (Hidalgo) convocó a centenares de personas que desoyeron las advertencias militares.
Al menos 128 personas murieron por la explosión de la toma clandestina de Tlahuelilpan, la inmensa mayoría en los hospitales donde recibían atención especializada, en tanto que 19 personas más siguen bajo atención médica.(EFE).-