El jardín-huerto de Michelle Obama en la Casa Blanca permanecerá en su lugar.
La primera dama Melania Trump anunció mediante una portavoz su compromiso de preservar los jardines de la mansión presidencial, entre ellos el que plantó su predecesora inmediata.
“Como madre y primera dama de este país, la señora Trump está comprometida con la preservación y continuidad de los jardines de la Casa Blanca, específicamente el Jardín de la Cocina de la Primera Dama y el Jardín de las Rosas”, dijo en un comunicado Stephanie Winston Wolkoff, una de las principales asesoras de la nueva primera dama.
Melania Trump y el presidente Donald Trump tienen un hijo, Barron, de 10 años.
La esposa del presidente Barack Obama arregló el Jardín Sur en 2009 como uno de sus primeros grandes proyectos y como base de su programa “A moverse”.
Michelle Obama pretendió con esa iniciativa reducir la obesidad infantil; puso énfasis en los buenos hábitos alimenticios y hacer ejercicio.
Varias veces al año, Michelle Obama participaba en las siembras y recolecciones en el jardín.
El lugar produjo centenares de kilogramos de frutas y verduras cada año. Parte de la cosecha fue destinada a los alimentos de la familia Obama, así como para invitados que asistieron a actos en la Casa Blanca, entre ellas comidas de estado.
Algunas batatas, zanahorias, brócoli, lechugas, hierbas y otros cultivos fueron obsequiados para que los consumieran habitantes de casas en la zona.
La anterior primera dama dijo en la octava y última siembra en la primavera pasada que el jardín había rebasado las expectativas. Michelle Obama avivó el diálogo nacional sobre los hábitos alimenticios y reanudó el interés en los huertos comunitarios.
La esposa del presidente Obama llamaba “mi bebé” al jardín de 260 metros cuadrados y había expresado confianza en que continuara existiendo en la Casa Blanca.
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Darlene Superville