Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han pedido a los estados que se preparen para que la vacuna contra la COVID-19 esté disponible para el 1 de noviembre, solicitándoles que eliminen cualquier eventual obstáculo que pueda impedir la apertura de los lugares de distribución.
A principios de agosto, los CDC ya habían comunicado a los estados que asumieran que podría haber “dosis limitadas” disponibles de una vacuna en otoño. Ahora, en su nueva carta, a la que ha tenido acceso Bloomberg, se señala que el Departamento de Salud y Servicios Humanos y los CDC “están haciendo rápidos preparativos para aplicar una distribución a gran escala de las vacunas de COVID-19 en el otoño de 2020”.
Preguntado sobre la carta de los CDC, el portavoz de Salud y Servicios Humanos, Michael Caputo, ha señalado que es “cada vez más probable” que muchas dosis de vacunas estén disponibles para enero. “Los médicos y los datos están impulsando el avance de todas las medidas contra la COVID-19”, ha afirmado.
Los estados se han estado preparando enérgicamente para una vacuna, y la fecha del 1 de noviembre es acorde a los preparativos anteriores, ha sostenido por su parte Michael Fraser, líder ejecutivo de la Asociación de Autoridades de Salud Estatales y Territoriales.
Según Fraser, probablemente se necesitará una autorización de uso de emergencia de la Administración de Medicamentos y Alimento (FDA) para distribuir una vacuna tan pronto.
De confirmarse esta fecha, sería tan solo dos días antes de las elecciones del 3 de noviembre, en las que el presidente, Donald Trump, buscará su segundo mandato. El mandatario ha dicho previamente que cree que habrá lista una vacuna para el día de las elecciones o poco antes.
Además, ha acusado al personal de la FDA de ralentizar el trabajo en las vacunas para perjudicarlo políticamente. Las acusaciones han planteado interrogantes sobre la interferencia política en los estudios para el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19, ante lo cual, el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, ha afirmado reiteradamente que la ciencia guiará cualquier decisión.
Por su parte, un representante federal familiarizado con los planes ha indicado que la fecha del 1 de noviembre es solo para planificación y no pretende influir en las elecciones presidenciales. Según este funcionario, el Gobierno está basándose en el supuesto de que habrá una vacuna disponible.