Un grupo de inmigrantes acudió hoy a una oficina de inmigración en Miramar, al norte de Miami, para denunciar que en esa dependencia han sido arrestados indocumentados que acuden a hacer trámites regulares en lo que denominan “redadas silenciosas”.
Uno por uno los indocumentados narraron que huyeron de sus países por miedo de la violencia y que ahora enfrentan el temor de acercarse a esas oficinas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) porque saben que ya no van a volver a sus casas.
“Vine a Estados Unidos para salvar mi vida y la de mi hijo”, dijo Jenny, una inmigrante salvadoreña que estuvo acompañada del menor.
El evento fue organizado por United We Dream, SEIU Florida, Woman Working Together USA y Florida Immigrant Coalition, entre otros grupos civiles que denunciaron estas “redadas silenciosas”, como llaman a esta nueva práctica bajo el Gobierno de Donald Trump.
Las organizaciones denunciaron que están deteniendo y deportando a los inmigrantes aunque no tengan antecedentes penales.
“Vienen (a la cita) porque saben que no son criminales y aquí los condenan”, señaló una de las indocumentadas.
Ana, quien prefiere no dar su apellido, dijo que ella y su esposo René están desesperados porque en breve él tiene una cita en USCIS, de la que creen no vaya a regresar a casa, dejándola al cuidado de sus cuatro hijos.
Los activistas denunciaron la reciente deportación de los nicaragüenses Espilvio Sánchez-Benavidez, un solicitante de asilo, y Charles Rodríguez, que fueron detenidos en esa dependencia federal.