Por Marcelo Peralta |
Santiago Rodríguez, R.D.- Hoy martes 14 de junio del 2016, se cumple 57 años de aquel heroico acontecimiento del desembarco del 1959 por Maimón, Constante y Estero Hondo de la expedición de jóvenes que pretendía cambiar el sistema político en que vivía la República Dominicana, bajo la férrea dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
De acuerdo al arquitecto, escritor, historiador, culturista y novelista, Ricardo González Quiñones, aquellos tiempos, eran sin dudas, “La Raza Inmortal” la que encendiendo estrellas en la oscuridad insular, lograron despertar conciencias, romper cadenas e igualar distancias, sin embargo, a pesar de sus proezas, las autoridades de hoy. los adultos y jóvenes ignoran los esfuerzos y tesón enarbolados por estos para una Patria mejor.
Dice que “nuestro pueblo del hoy San Ignacio de Sabaneta y menos sus autoridades municipales, ni por las gubernamentales no hacen ni quisieron hacer un acto que recordaran a esos héroes y mucho menos se dan por enterado y tampoco llevan la “chispa” encendida a la actual generación.
Recuerda González Quiñones que 5 de los fueron asesinados en la ciudad San Ignacio de Sabaneta, Provincia Santiago Rodríguez, ubicada en la Región Noroeste, tierra una vez bañada por héroes, mártires y heroínas y que hoy día trabada entre las grupas de rucios esqueléticos.
Cita la valía de esos jóvenes a quienes identifica como Guillermo Padilla Hernández, Luis Fernando Ozuna, Ramón Arcadio Peguero Reyes, Segura y Ogando.
Quienes aportaron por tu comunidad, por tu familia, por tus hijos, por tus amigos y que a pesar de ser ignorados por las autoridades, no obstante, existen personas hoy día que sus obras, recuerdos continúan frescas, perennes, como si hubiera sido ayer porque defendieron su país, contrario a los actuales insípidos políticos del momento.
Se queja de la indiferencia de las autoridades de la provincia, al citar que en cualquier “momento”, cuando las piaras que actuales imbuidas producto de voluntades retorcidas, otras compradas aprovechando miserias e ignorancias, sean sacadas por la legalidad de sus absurdos desempeños, entonces las calles y avenidas de los nuevos sectores, de los humildes barrios pertenecientes al municipio San Ignacio de de Sabaneta, estarán adornadas con los rótulos divinos, y en ellos, los nombres de cada uno de esos prohombres que entregaron sus vidas en aras de la libertad de la Nación Quisqueyana.
Y recuerda, que junto a los ellos estarán los nombres de los auténticos sabaneteros, también, olvidados como Napoleón Méndez, que junto a Manuel Aurelio –Manolo- Tavarez Justo, Francisco del Carmen Bueno Zapata, subieron a las escarpadas montañas de las Manaclas en San José de las Matas, provincia Santiago, en 1963 con la única misión de restituirse el gobierno del profesor Juan Bosch, derribado por un golpe de Estado fraguado por Estadlos Unidos, porque, supuesto, tenia similitud al régimen establecido en Cuba por Fidel Castro Ruz.
En esa travesía, Tavarez Justo y Bueno Zapata, delatados campesinos para que los guardias, policías, calieses los apresaran cuando requerían alimentos para sobrevivir, seguir el proceso de lucha, salieron a los colmados abastecerse, siendo capturados, amarrados y fusilados en las montañas.
Otros de los iconos sabaneteros que debían figurar en un pedestal, son, también, los hermanos el maestro de secundaria Arcadio Ramos y Pepe Ramos, este ultimo forjador y promotor cultural quien creó la Casa de la Cultura e integró decenas de jóvenes a ese acervo evitar ser asesinados por el régimen de Trujillo Molina y los oprobiosos 12 años que encabezara el presiente de la República, doctor Joaquín Balaguer.
Jóvenes que sobresalieron en esa época están Sully Hernández (Padre) forjador de una noble familia; Cándido Fanfán, Antonio Batista y María Pérez, entre otros.
Ha de recordar, siempre y de acuerdo al historiador, González Quiñones dice que los valiosos jóvenes llegaron llenos de patriotismo, enamorados de un puro ideal, vigorosos, con su sangre vibrante, nobles, quienes encendieron la llama augusta de la libertad.
Fecha:
En opinión de González Quiñones, era domingo, aquel heroico 14 de junio del año 1959, para entonces, una gran mayoría del pueblo dominicano estaba imbuido en tiranía, delatores, asesinos, cobardes y mal nacidos, similares a nuestros tiempos.
Aterrizaron desde Cuba en Constanza, con el orgullo incrustado en cada uno de sus corazones henchidos de valentía, de libertad y patriotismo.
Iban encendiendo a cada paso ganado, las teas libertarias por cada rincón de las escarpadas montañas quisqueyanas.
Dejaban en su andar, una estela de luz, con las que iluminarían las mentes de los oprimidos y engañados y se establece que mientras esperaban el sublime desembarco el sábado 20 del 14 de junio del 1959 por Maimón y Estero Hondo.
Llenaron las playas de la Costa Norte, de esperanzas, luchando cuerpo a cuerpo con los sicarios de la tiranía que encabezaba el sátrapa Rafael Leónidas Trujillo Molina quien durante 31 años gobernó el país con manos de hierro y al estilo de una finca de su propiedad, ya que nadie tenía nada, ni hijos, mujeres, hermanas, bienes, sino que todo era de el “Jefe”.