En 1971 un grupo de artistas tuvo la idea de presentar la candidatura del popular humorista Freddy Beras Goico, para que presidiera la Asociación Nacional de Músicos, Cantantes, Bailarines, Artistas y Afines (AMUCABA), que estaba dirigida por un músico sinfónico nacido en la comunidad de Bajabonico, municipio de Imbert, de origen sirio-español, llamado Almanzor González Canahuate, quien llevaba un buen tiempo dirigiendo esa entidad, aunque se decía que era poco conocido en el mundo de la farándula, obviándose su rol de violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional y de directivo fundador del gremio, aparte de su excelente currículo profesional, por su condición de jurista en el ámbito laboral y catedrático universitario.
Pero no era extraño ese reparo, ni el afán por controlar una asociación que se encontraba en una etapa de esplendor incomparable; ni tampoco el gran esfuerzo que se hacía en presentar a Beras Goico como la opción conveniente para el cambio, pues valía la pena dirigir AMUCABA, por su autoridad gremial y su gran peso social, y el gordo de la alegría y el humor lucía ser un buen competidor debido a su gran popularidad en la TV y en distintos sectores de la vida nacional, aunque iba a necesitar algo más que estimación y fama para lograr el éxito en este desafío contra un adversario con historial sindical, empeñado en seguir dirigiendo la presidencia del gremio con el apoyo de los artistas que apreciaban su entrega plena a la tarea del engrandecimiento de la institución y que estaban conformes con el trabajo eficiente que había realizado.
AMUCABA se constituyó el 8 de enero de 1962 con el objetivo de propiciar el progreso profesional de sus miembros, estimulando su superación individual y social dentro del desarrollo artístico y cultural de la nación. Su primer presidente fue el maestro Rafael Sánchez Cestero, un cantante lírico que durante su vida artística se destacó como excelente intérprete de óperas y melodías populares, cantadas en un tono sonoro, agradable y perfecto. Encabezó una directiva integrada por reconocidos artistas como el maestro Rafael Solano y Ramón Antonio Molina Pacheco (Papa Molina), quienes lo ayudaron en la organización inicial del gremio.
El segundo presidente de AMUCABA fue Solano y el tercero González Canahuate, quien se había desempeñado como secretario general, estableciendo ahí dentro su liderazgo; el cual se iría consolidando en la medida en que esa entidad mejoraba su valor social y sus afiliados se iban sintiendo satisfechos y orgullosos de ser partes de ella, al constituirse en un modelo de éxito gremial, digno de ser copiado y desarrollado por cualquier otra institución de su especie en América Latina.
En los años 70 los afiliados de AMUCABA se identificaron con placer y orgullo con su gremio, sintiéndose súper bien en su interior, por su progresivo crecimiento orgánico con la puesta en marcha de una política social de protección a los derechos de los artistas, que se tradujo en una altísima valoración pública a su condición de sindicato emprendedor y aguerrido, con notable incidencia en los medios de comunicación.
Entonces AMUCABA contaba con una directiva certera en la fijación de sus metas, integrada por dirigentes con conciencia gremial y aptitud para el trabajo en equipo, que era ejecutado con presteza, dentro de un ambiente de absoluta armonía; donde se estimaban los aportes de Guillermo Lacrespeaux, Elenita Santos y Niní Cáffaro, tres glorias del arte y la canción popular, quienes apoyaban con inusitado entusiasmo todos los proyectos ideados por la directiva, participando en su planeación, organización y financiamiento, así como en la tediosa labor de recaudación de los aportes monetarios provenientes de los shows artísticos que realizaban sus afiliados en los centros nocturnos de diversión que tenía el país
Un gran logro de gestión de González Canahuate fue disponer -en reunión celebrada por su asamblea general, en septiembre de 1970- que en los contratos de trabajo de las orquestas y grupos musicales miembros de la organización, se especificara con claridad que los eventos artísticos donde participaban sus miembros no tendrían una duración mayor a cinco horas, y que en los centros recreativos de primera clase se contratarían con carácter obligatorio dos conjuntos musicales en cada baile, lo cual fue canalizado a través de los directores de orquestas afiliados a AMUCABA, entre quienes estaban Rafael Solano, Bienvenido Bustamente, Joseíto Mateo, Ramón Gallardo, Frank Cruz y Johnny Ventura, que fueron autores de un estudio de categorización de los establecimientos comerciales.
Entre 1968 y 1973 AMUCABA se ocupó de realizar los insuperables festivales de la Canción Popular, los cuales sirvieron de cuna a muy buenas composiciones musicales y a excelentes intérpretes, que se mantuvieron en la palestra durante largos años, conservando la aceptación y la estima del pueblo dominicano; y se ocupó también de la preparación técnica de sus miembros, por medio de acuerdos de colaboración con el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP).
La tarea de organización de los festivales de la Canción Popular, correspondió a varios equipos que se constituyeron como comités de promoción y defensa de la música popular, los cuales trabajaron directamente con los directivos de los clubes culturales, sosteniendo una serie de reuniones con éstos en el antiguo local de AMUCABA, situado en la calle Idelfonso Mella esquina Francisco Henríquez y Carvajal, del sector de Villa Consuelo.
En dichas reuniones se debatió intensamente el tema de la importancia de los festivales como institución de desarrollo de la cultura nacional y el plan de acción para entusiasmar y convencer a los comerciantes e industriales de Santo Domingo sobre la conveniencia de que colocaran sus anuncios comerciales en la revista de los festivales.
Estos comités de promoción contribuyeron notablemente en la organización de los eventos artísticos y en los trabajos de ventas de los discos de larga duración que surgieron de los festivales, los cuales fueron comercializados en los locales de AMUCABA y de los clubes culturales.
El Primer Festival de la Canción se llevó a cabo entre los días 19 y 21de noviembre de 1968 en el edificio del Conservatorio Nacional de Música, situado entonces en la avenida George Washington esquina Presidente Vicini Burgos, en la sede actual del Ministerio de Cultura, resultando victoriosas las canciones “Por Amor”, “Canta Mundo” y “Son Sueños”, escritas la primera y la tercera por el maestro Rafael Solano, y la segunda, por el laureado compositor y músico Manuel Troncoso, autor de las composiciones “Sígueme”, “Antifaz” y muchas otras melodías románticas que hicieron vibrar de emoción a los jóvenes de esa época. Las canciones triunfantes en este festival, fueron interpretadas por los cantantes Niní Cáffaro, Luchy Vicioso y Angelita Carrasco.
La canción “Por Amor”, ganadora del primer lugar en ese evento, fue un éxito contundente tanto en el país como en el extranjero, trascendiendo en todos los confines de la tierra y convirtiéndose en la melodía de factura nacional más divulgada y conocida en el mundo; interpretada por artistas famosos como Lucho Gatica, Vicky Carr, Plácido Domingo, Marco Antonio Muñiz y Jon Secada.
En los siguientes festivales de la Canción Popular, celebrados en los año 1969, 1970, 1971 y 1972, ganaron las canciones “Habrá un nuevo mundo”, escrita por el compositor Danny León y cantada por July Morales; “Peregrino”, de Jesús María Troncoso, en la voz de Rhina Ramírez; “La ciudad en mi corazón”, cantada por el magistrado Fernando Casado; “Llegó el invierno”, de Fernando Escovar, en la voz de José Lacay; y “Camino hacia una estrella”, de July Sardinas, en la voz de Frank Valdez.
Ese evento de la Canción Popular estimularía a la direccion de AMUCABA para emprender un plan similar de valoración del merengue, con apoyo de intelectuales, historiadores y folcloristas dominicanos que desarrollaron una serie de trabajos para enaltecer y promover la música nativa, en el empeño de situarla en la parte más honda del alma dominicana y convertirla en el medio de identificación natural de la personalidad del pueblo dominicano.
Con ese criterio se respaldó con fervor el plan formulado por la Dirección General de Turismo, dirigida por don Ángel Miolán, para impulsar la llamada “industria sin chimenea”, que comenzaba a desarrollarse en 1969 teniendo como principales turistas a los puertorriqueños que llegaban al país para participar en la “Semana del Merengue”; y dentro esa actividad se realizó una campaña interna de concientización para incluir el tema del merengue en la escuela dominicana, dentro de un programa de formación cultural y cívica tendente a corregir el grave descuido de una enseñanza básica que no priorizaba los temas primarios de la cultura nacional, que son las tradiciones, la música y los bailes criollos.
También durante la llamada “Semana del Turismo”, fue ejecutado el Primer Festival del Merengue, un evento diseñado para que fuese de interés de los turistas que habían llegado procedentes -en su mayoría- de la isla del Encanto, y realizado con la sobresaliente participación de vocalistas y conjuntos típicos criollos.
Un año más tarde, la noche del jueves 19 de diciembre de 1970, se efectuó el Segundo Festival del Merengue, que tuvo una muy buena organización y amplísima promoción; concursando varios merengues de calidad en sus letras y música, para originarse un empate en la selección del ganador en la primera ronda eliminatoria, entre los temas “La Jija de Machepa”, en la voz de Vinicio Franco, y “Primero Quisqueya”, interpretado por Julita del Rio; pues ambas piezas musicales obtuvieron una puntuación de 64 puntos, sobre un máximo de75.
Un tema hermosísimo cantado en ese festival fue el merengue “Sigamos sus ideales”, exaltando las virtudes de los trinitarios Duarte, Sánchez y Mella y la figura de Gregorio Luperón, como la espada principal de la Restauración de la República. Este obtuvo el tercer lugar.
A partir del éxito de este evento, AMUCABA tomó la atinada medida de defender la música autóctona, llegando a un acuerdo con los gerentes y administradores de restaurantes, para que durante la celebración de la Semana del Turismo, se fortaleciera la identidad nacional con la presentación de espectáculos danzantes basados en el folclore criollo, a fin de que pudieran ser apreciados por los turistas que buscan conocer la música típica y las cuestiones históricas de los lugares visitados.
En octubre de 1970 se llevó a cabo un festival de música folklórica en el que primó la diversidad musical en los temas de merengues, criollas, villancicos, zarambos, carabinés, salves, pambiches y mangulinas; y luego de tres días consecutivos de actividad, éste culminó con un bello espectáculo artístico con la participación de los grupos de baile de Josefina Miniño y la Dirección General de Turismo, dirigido por el folclorista René Carrasco.
Era el propósito de AMUCABA lograr que el dinero producido por este festival engrosara los fondos para construir la Escuela Popular de Música, Cantos, Bailes, Locución y Artes Afines, y para crear una Cooperativa de Producción de Discos, que se pensaba instalar en la calle El Conde, aunque en esos días había fracasado una actividad de recaudación de fondos, encabezada por Niní Cáffaro, debido al poco respaldo ofrecido por algunos propietarios de tiendas comerciales que no aquilataron ese esfuerzo loable que buscaba fortalecer el arte y la cultura nacional.
Sin embargo, la directiva de AMUCABA nunca se amilanó y aun con sus limitaciones económicas, logró editar una serie de discos con las canciones de los festivales, y pudo realizar asimismo dos recitales de artistas, el domingo 26 de julio y el miércoles 26 de agosto de 1970, en el teatro al aire libre de Radio Televisión Dominicana, para costear los tratamientos médicos de tres afiliados que padecían graves problemas económicos y de salud, Eran éstos, Oscar Iglesias, con sus dos piernas fracturadas, Eddy García, con dos brazos rotos, y Pedro Muñoz Batista, con una enfermedad pulmonar.
En esos recitales estuvieron participaron las orquestas de Rodolfo Manzano, Danny León, Napoleón Colon, Rafael Mancebo y Félix del Rosario; y los artistas Manuel Sánchez Acosta, Rhina Ramírez, Jose Lacay, Angelita Carrasco, Napoleón Dhimes, Mery Martínez, Fernando Casado, July Morales, Vinicio Franco, Lucía Félix, Aníbal de Peña, Fellita Puello Cerón, Lope Balaguer, Esther, Valladares, Grecia Aquino, Lucy Vicioso, Tony Curiel, Iluminada Jiménez, Rico López, Nelson Muñoz, Alexandra Johnson, Horacio Pichardo, María Antonieta Ronzino, Tony Echavarría (Cambumbo) y Charytin Goico. También, los animadores Homero León Díaz, Manuel Mota Castillo, Mac Cordero, Darío Estévez, Napoleón Beras, Hilda Colón, Jaime López Brache, Jesús Rivera, Osvaldo Cepeda, Lilín Díaz, Hugo Adames y Víctor Fernández.
En sentido general, los festivales de AMUCABA fueron exitosos y sirvieron de estímulo para la constitución inmediata de empresas particulares que salieron a promover y realizar festivales de la voz en la televisión y en diversas regiones del país; como aconteció con los festivales de la voz dirigidos por el maestro Rafael Solano en Radio Televisión Dominicana, en el horario correspondiente al Show del Mediodía, cuyo propietario era entonces el recordado productor y animador de TV Mac Cordero; y lo mismo pasó con el programa “Cuánto vale el show”, realizado por Johnny Ventura en un horario nocturno por Rahintel, canales 7 y 11. Al igual que con los festivales de la voz regionales auspiciados por el senador francomacorisano Machacho González, a través de las estaciones radiales de su propiedad, HIBI Radio y La Voz del Progreso.
Por tanto, era natural que con un gremio tan fuerte y prestigioso como AMUCABA en su etapa de esplendor, aparecieran muchos aspirantes a desplazar su presidente, que era el doctor González Canahuate, quien llevaba tres años en el puesto. El primer nombre en barajarse para sustituirlo fue el Johnny Ventura, aunque se pospuso su nominación para una mejor ocasión, al entender sus gestores que había crecido mucho entre los artistas la simpatía de González Canahuate; y por ello se recurrió a la alternativa de cambio con Freddy Beras Goico, que era en ese momento un reconocido actor de Bellas Artes y humorista de TV insuperable, aunque no había aflorado aún su personalidad de hombre altruista, al servicio del bien social, como se expondría más adelante en la conducción y producción del programa de TV “El Gordo de la Semana”, en el que surgiría “Corazones Unidos”.
Con la participación de Beras Goico la disputa en AMUCABA adquirió un intenso colorido, pues comenzó a sentirse una real amenaza a las aspiraciones de González Canahuate de continuar en la dirección del gremio, de tal manera que todos los medios de opinión vendieron la idea de un triunfo seguro de Beras Goico sobre el músico sinfónico natural del pueblo de Bajabonico, cuya simpatía estuvo concentrada en el círculo artístico y académico.
Las posibilidades de Beras Goico aumentaron aún más el martes 8 de junio de 1971, un día antes de las elecciones, cuando el periódico Ultima Hora publicó de modo destacado en su página de arte y espectáculos una información anunciando el respaldo del síndico del Distrito Nacional, doctor Manolín Jiménez Rodríguez, dirigente reformista, quien hizo la promesa de que arrendaría a una administración de Beras Goico en AMUCABA, por una suma simbólica, un valiosísimo inmueble situado en el Centro de los Héroes (La Feria), llamado “Típico B”, que era un importante centro de diversión.
Manolín Jiménez supeditó públicamente la entrega de ese inmueble a que resultase victoriosa la plancha “Nicolás Casimiro”, que llevaba a Beras Goico como su candidato a la presidencia de AMUCABA, y ese anunció creó mucha expectativa favorable al proyecto de cambio y los seguidores de Beras Goico, quienes se comprometieron de inmediato a instalar dentro del “Típico B” un club recreativo y un supermercado cooperativo que ofrecería a los artistas artículos de primera necesidad a precios bajos; prometiendo, de igual manera, fundar allí una escuela de merengue y de mangulina, así como otra de canto, e instalar un servicio médico permanente con el apoyo de varios ginecólogos y obstetras que figuraban alentando esa propuesta de cambio.
En la plancha Nicolás Casimiro, además de Beras Goico, figuraban el profesor Otto Rivera, candidato a la secretaría general; Marcos Mordán, Bienvenido Bustamente, Guillermo Lacrespeaux, Casandra Damirón, Fernando Casado, Miguelito Mieses, Ormenio de León, Manuel Mota Castillo y desde luego, Johnny Ventura, que había sido el crítico más severo a la gestión del doctor González Canahuate.
Llegó el dìa de las elecciones y fuera del àmbito artístico se creía que la eleccion de Beras Goico era un asunto protocolar, sòlo cuestión de contar los votos, pues con ese gran respaldo y encabezando una excelente plancha con figuras como doña Casandra Damirón, Otto Rivera y el magistrado Fernando Casado, la victoria era inminente; pero ¡Oh sorpresa!, de manera increible el joven músico de Bajabonico se alzó con el triunfo, obteniendo 130 votos contra 44 de Beras Goico; y este éxito fue compartido con los miembros de su plancha, donde había nombres sonoros como los cantantes Niní Cáffaro, quien fue electo vicepresidente, y Elenita Santos, miembro.
El lunes 7 de febrero de 1972 González Canahuate acusó al grupo del maestro Rafael Solano de usurpar nombres de artistas y directores de orquestas para abultar documentos en los que se pedía su renuncia de la presidencia de la entidad, porque -según dijo- ésta no favorecía sus intereses económicos; en referencia a los festivales de la voz que estaba realizando en el programa de televisión “El Show del Mediodía”.
De inmediato, el maestro Solano ripostó catalogando de inoperante a la directiva de AMUCABA, encabezada por González Canahuate, obviando reconocer el éxito de los festivales y el alto patrocinio económico que éstos habían tenido, así como las evidentes mejorías en los salarios de los músicos dominicanos, que en opinión del maestro Napoleón Zayas, eran de los mejores pagados en esa época.
Poco después, el viernes 17 de marzo de 1972 se anunció la división de AMUCABA y el surgimiento de una nueva entidad, liderada por Johnny Ventura, denominada Unión Nacional de Artistas (UNA), quien acusó a González Canahuate de postura dictatorial y de constituir la piedra de la discordia por coartar el derecho al voto dentro de la vieja organización.
Ventura fue escogido presidente de la UNA durante una asamblea eleccionaria donde se conformó un comité provisional integrado por Freddy Beras Goico, Casandra Damirón, Fernando Casado, Sonia Silvestre,Rafael Solano, Ramón Leonardo, Charytin Goico, Franklin Domínguez, Negrito Truman, July Peña, Felipe Guzmán, Nelson Santana, Franicsco Alvarez Castellanos, Nóbel Alfonso, Manuel Mota Castillo, Julio César Defilló, Julita del Río, Otto Rivera, Wilfredo Alemany y César Pichardo.
A partir de la creación de la UNA se inició el deterioro gradual de AMUCABA, pues su asamblea estuvo precedida de la renuncia de Niní Cáffaro de la vicepresidencia del viejo gremio artístico y del apresamiento del cantante Fernando Casado, que había ido a la sede de AMUCABA a verse con González Canahuate, y allí se generó un intercambio de palabras subidas de tono y luego la querella de este último en la fiscalía, acusando al cantante de intento de agresión, lo que desembocó en su detención durante unas dos horas en el destacamento policial de Radio Televisión Dominicana.
González Canahuate estaría unos tres años dirigiendo AMUCABA y ampliando su radio de acción gremial, convirtiéndose en asesor de los sindicatos obreros del país, entre ellos POASI y el de la FALCOMBRIDGE, siendo el principal defensor jurídico de los derechos laborales de sus trabajadores. En esta tarea tendría muchos obstáculos del gobierno de Balaguer por su condición de alto dirigente de la oposición, ya que era miembro de la comisión política del comité ejecutivo nacional del Partido Revolucionario Dominicano (PRD); lo que contribuía a que fuese objeto de maltratos políticos, como ya le había pasado a finales del mes de junio de 1970, cuando fue apresado, golpeado y encarcelado, junto a los sindicalistas Henry Molina, secretario general de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), Eugenio Pérez Cepeda y Rafael Hidalgo Pérez, mientras realizaban una labor de asesoría a los obreros que de las minas de la FALCOMBRIDGE.
González Canahuate fue sustituido como presidente de AMUCABA en 1975 por Pedro Medrano Hinojosa, aunque éste no pudo mantener unida y pujante la entidad, como tampoco pudo hacerlo tiempo después el profesor Amable Botello, quien duró quince años dirigiéndola; ni el pianista y abogado Manuel Armando Olivero Reyes, quien la dirigió en dos ocasiones y recientemente estuvo proponiendo la colegiatura, para convertirla en “Colegio de Músicos, Cantantes y Bailarines Dominicanos” (COMUSICAB); así como también Andrés García y su actual presidenta Gladys Martínez, a quien se le debe ofrecer la solidaridad, con la esperanza de que genere el entusiasmo y la creatividad para que los artistas la apoyen en la difícil tarea de reencauzar la entidad por la ruta del éxito.