Art Basel Miami Beach (ABMB) abrió hoy sus puertas al público entregada a una concepción que anuda arte y espectáculo, con toda la polémica que esto desencadena, pero con el récord de 268 galerías procedentes de 32 países y la obra expuesta de más de 4.000 artistas modernos y contemporáneos.
La feria se han convertido en un insólito fenómeno de masas. El público adora ABMB, fundida al tejido vital de la “ciudad del sol”, esa combinación de espectáculo, diversión y ocio que, no obstante, poco sirve para calibrar la calidad del arte que se exhibe en las galerías seleccionadas.
En su décimo sexta edición, los organizadores esperan que 77.000 visitantes recorran durante cinco días el laberinto de pasillos y secciones que integran la exposición o asistan a los numerosos actos paralelos que tienen lugar durante esta cita, filial de la feria principal en Basilea (Suiza).
ABMB “ha cambiado mucho en los últimos diez años, es hoy un ecosistema cultural cuyo fin y corazón es atraer a la gente al arte, una parte esencial de cualquier sociedad”, declaró Mark Spiegler, director global de la feria, en la presentación este miércoles a los medios e invitados VIP.
Galerías procedentes de Norteamérica, Latinoamérica, Europa, Asia, África y Oriente Medio hacen de ABMB una cita clave para conocer las tendencias contemporáneas, sin que falten obras de los grandes maestros como Diego Rivera, Leonora Carrington, Wifredo Lam, Picasso, Joan Miró o Giorgio de Chirico.
No conviene perderse el desembarco de obras y artistas de Latinoamérica en tres de las secciones más importantes, “Survey”, “Nova” y “Kabinet”.
En “Survey”, que propone obras de artistas anteriores al año 2000, hay presencia de pesos pesados: los chilenos Roberto Matta (1911-2002) y Carlos Leppe (1952-2015) en las galerías Robilant Voena y Espaivisor, respectivamente.
El precio de los cuadros de Matta oscila entre los 200.000 y los 2 millones de dólares que alcanza el óleo sobre lienzo de gran formato (2 metros de alto por 3 de ancho) que domina una de las paredes de la galería, “The Unthinkable” (1957).
La conciencia social y política recorren también el arte conceptual del argentino Edgardo Antonio Vigo (1928-1997) en Richard Saltoun Gallery, con piezas como “Argentina, 74” o artefactos próximos al “ready-made” y el surrealismo como los “Poemas visuales (in) comestibles en caramelos” y “Poemas matemáticos (in) comestibles”.
A unos metros de distancia se puede encontrar destellos del mejor modernismo brasileño a cargo de otro peso pesado del arte, Cicero Dias (1907-2003) y nombres tan descollantes como los de Sérvulo Esmeraldo (1929-2017).
El acento “outsider” en la feria lo pone la obra del autodidacta estadounidense Bill Traylor (1854-1949), hijo de esclavos negros, agudo observador de la naturaleza humana.
Hay destellos que no conviene perderse en la feria: los de la greco-egipcia Farida El Gazzar, en Kalfayan, quien refleja en su pintura, influenciada por Edward Hooper, aspectos cotidianos de la vida en Egipto.
A unos metros de distancia se encuentra la obra de un artista emergente como el chino Xu Qu y su serie de vasijas de cerámica e impresiones tipográficas, en la galería Antenna Space. (efeusa)