Miami, .- El actor y director estadounidense Emilio Estévez, que dedicó 12 años a su nueva película, “The Public”, dice a Efe que sueña con que desaparezcan algunas de sus películas iniciales y que hizo bien al apartarse del camino de la típica estrella de Hollywood.
Tanto es así que cuando se le cruza en televisión alguno de sus primeros trabajos el cineasta “cierra los ojos” y cambia de canal tan rápido como puede para olvidarse de una época en la que lo que le “movía era el dinero”.
En aquella época, en la década de 1980, Estévez formó parte del llamado “Brat Pack”, como se denominó a un grupo de actores jóvenes que participaron en una serie de películas enfocadas en el fin de la adolescencia y los primeros años de la madurez.
No reveló cuáles son las que más le hacen arrugar la cara, pero sí se justificó: “Yo fui padre muy joven. Primero a los 22 y después a los 24 años. Tenía que mantener a mi familia”.
Las cuentas revelan que habla de una etapa a partir de 1987. En esa época, ya Estévez había aparecido en las aclamadas películas “The Breakfast Club (El club de los 5)” y “St Elmo’s Fire”, del director John Hughes. Le esperaban las series de los “Mighty Ducks”, “Stake out”, “Highjack” y “Young Gun”.
La disonancia con sus sensibilidades artísticas y la experiencia de ver los altibajos en la carrera de su padre, Martin Sheen, y su hermano Charlie Sheen lo convencieron de que tenía que tener el “control” de lo que hacía, porque “así como hoy todos te quieren, mañana te sueltan y nadie te hace caso”.
Dejar el “estrellato” se le volvió una necesidad, y, aunque reconoce que su camino en el “cine ha sido muy solo y muy duro”, está convencido de que tomó la “decisión correcta”.
“Ahora estoy muy orgulloso de lo que he hecho como cineasta y sé que lo mejor de mi trabajo está por venir”, opina.
Su ópera prima como director y guionista fue “Men at work”, que coprotagonizó con su hermano Charlie en 1990. Le siguió en 2006 “Bobby”, sobre el asesinato del candidato presidencial estadounidense Robert Kennedy, y en 2010 dirigió a su padre en “The Way”, la película que escribió, dirigió y produjo sobre un hombre que recorre el Camino de Santiago tras la muerte de su hijo.
En “The Public” volvió a apostar por llevar el control de la película, que escribió, produjo, dirigió y protagonizó, aunque comparte carteles con Alec Baldwin, Jena Malone, Taylor Schilling y Christian Slater.
La cinta cuenta la historia del bibliotecario Stuart Goodson, quien, ante una tormenta de nieve ártica en Cincinnati, está en el medio de un enfrentamiento entre un grupo grande de desamparados que se niegan a salir de la biblioteca pública y las autoridades que se empeñan en sacarlos a la fuerza.
“La idea me vino hace 12 años, cuando vi en un noticiero la historia de un bibliotecario que decía que la realidad lo había convertido en una especie de trabajador social, porque estaba en contacto constante con las poblaciones más vulnerables”, recuerda.
“Mi idea fue contar esa realidad y enseñar cómo reaccionarían ante una crisis los políticos, la policía. Los actores de una ciudad”, relata.
La cinta toca temas como la adicción, “algo que conozco bastante bien por mi familia”, el sentido del humor que brilla en las situaciones más extremas y la pérdida, “algo que siempre está presente en mis obras”.
Conseguir financiamiento no le fue fácil y filmarla tampoco fue lo más sencillo. Apenas tuvo 22 días con los actores e incluso así por momentos pensaron que quizá la “película no vería la luz”, pero reconoce que éste es el mejor momento para que sea vista por la audiencia, dada la situación política del país.
“The Public” fue exhibida en el Festival de Toronto en octubre de 2018 y desde entonces Estévez la ha llevado por algunas de las principales bibliotecas de Estados Unidos, mientras que el estreno al público será el próximo 5 de abril.
Estévez lleva bien los 56 años, aunque la idea de su próximo cumpleaños le hace poner la misma cara que sus películas iniciales, pues quiere comerse el futuro y su sueño es convertir “The Public” en una serie de televisión y que cada temporada se anclara en una biblioteca de una ciudad diferente.
También le gustaría que generase para el sistema de bibliotecas de Estados Unidos el mismo interés que “The Way” creó sobre el Camino de Santiago, lo que le llena de orgullo el poder haber aportado algo a la tierra de su abuelo, Francisco Estévez, natural de Pontevedra (España).
Como bien obsesivo, algo que reconoció a regañadientes, ya tiene una nueva idea dándole vueltas en la cabeza, una historia de inmigrantes.
“Quiero que la gente vea cómo valoran el país y la posibilidad de acceder a la ciudadanía. Lo que se dice de los inmigrantes, de los latinos hoy en día, es una gran estupidez”.(EFE)