El huracán ‘Laura’, que ha tocado tierra este jueves de madrugada en las costas de Luisiana como un “extremadamente peligroso” ciclón de categoría 4, en la escala de cinco de Saffir-Simpson, ha dejado al menos cuatro muertos en el territorio estadounidense.
Según informaciones de la cadena de noticias CNN, todos ellos –entre los que se encuentra una adolescente de 14 años– habrían fallecido a causa de la caída de varios árboles.
“Temo que a medida que realizamos búsquedas primarias y secundarias encontremos más víctimas mortales”, ha lamentado el gobernador del estado, John Bel Edwards, que ha expresado que espera “que esto no sea así”.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) ha aseverado que el “impacto potencialmente catastrófico” se mantendrá durante los próximos días y ha alertado de vientos extremadamente fuertes e intensas inundaciones.
Edwards ha pedido así a los residentes que permanezcan en sus viviendas y “continúen siguiendo las instrucciones de las autoridades locales”.
El ciclón ha provocado, además, una fuga en una planta química del suroeste de Luisiana. Según el gobernador, los bomberos han tardado horas en hallar el problema en cuestión debido a la infraestructura de la planta y la presencia de numerosos cables.
La tormenta entró en el país norteamericano poco después de la 1.00 (hora local) en la localidad de Cameron, situada a unos 220 kilómetros de la ciudad texana de Houston. Los meteorólogos estimaron que soplaba con vientos máximos sostenidos de 240 kilómetros por hora, si bien horas después han caído hasta los 120 kilómetros por hora.
EVACUACIONES PARA IMPEDIR ESTRAGOS
En previsión de posibles estragos, las autoridades de Luisiana y Texas han ordenado la evacuación de más medio millón de personas. El CNH había advertido de que puede ser “imposible sobrevivir” a la potencia de la tormenta y preveía “daños catastróficos” a lo largo de 200 kilómetros de costa, donde el mar podría comerse hasta 60 kilómetros de tierra.
“Estos números son inimaginables, pensar que habrá un muro de agua de más de dos pisos llegando hacia la costa. Es muy difícil de asumir”, ha admitido el meteorólogo jefe de Luisiana, Benjamin Schott, en una rueda de prensa en la que anticipó que algunos barrios pueden quedar “irreconocibles”, según la agencia DPA.
Algunas autoridades como el alcalde de Lake Charles (Luisiana), Nic Hunter, han expresado su preocupación por la posibilidad de que no se hubiese evacuado a suficientes personas de las áreas costeras. Hunter ha lanzado “un último y desesperado intento” para que la población saliese de la ciudad en cuestión de una hora.
La Casa Blanca ha asegurado este jueves en un comunicado que el presidente, Donald Trump, está al tanto de la evolución de los acontecimientos y se compromete a brindar ayuda federal a todas las regiones y comunidades que puedan verse damnificadas.
Además, el mandatario tiene previsto visitar Luisiana y Texas a lo largo del fin de semana, una decisión que ha sido aplaudida por las autoridades de ambos estados.