Michael Kors y Marc Jacobs, dos de los principales diseñadores de moda de EE.UU., presentaron este miércoles colecciones completamente contrapuestas en la última jornada de la Semana de la Moda de Nueva York, en la que una evocó la energía del movimiento disco y la otra destiló una melancolía inquietante.
El primero en presentar hoy su propuesta para este otoño fue Kors, que convirtió su desfile en una auténtica fiesta disco en la que rindió homenaje a la noche neoyorquina y al icónico Studio 54, un “show” que incluyó la actuación de dos iconos de la época, el cantante Barry Manilow y la modelo Patti Hansen.
Por una pasarela iluminada por abundantes y llamativas luces y bolas de discoteca, desfilaron prendas que hicieron al público retroceder cuatro décadas con voluminosos abrigos de pelo y de piel vuelta, cuellos de camisa en pico, relucientes lentejuelas y muchas plumas.
También se vieron un buen número de coloridos estampados de flores, rayas horizontales en tonos neutros, brillantes trajes de chaqueta “oversize” de pantalones amplios y cintura alta, o vestidos repletos de flecos en metalizado.
El conocido logotipo de Studio 54 también apareció en varias de sus prendas, confeccionado en la mayoría de los casos en lentejuelas de varios colores.
El diseñador, que fundó la casa de moda que lleva su propio nombre en 1981, quiso rememorar la noche de los primeros años que pasó en Nueva York, un momento que para él fue de “gran creatividad”.
“Las aceras eran como pasarelas, una explosión de estilo”, rezaba uno de los mensajes que se proyectó minutos antes del “show”, celebrado en el exclusivo restaurante Cipriani’s. “Esto fue cuando las normas desaparecieron y emergió un nuevo tipo de glamur”, dijo.
El desfile cerró con un último traje de chaqueta dorado mostrado por Patti Hansen, tras lo que Barry Manilow interpretó uno de sus grandes éxitos, “Copacabana”, al ritmo del cual bailaba a su lado una de las supermodelos del momento, Bella Hadid.
La pasarela de Kors atrajo a una larga lista de celebridades, entre ellas la pareja compuesta por Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, acompañados por su hija en común, Carys Zeta Douglas, además de las actrices Olivia Wilde, Kate Hudson o Priyanka Chopra.
Por su parte, el desfile de Marc Jacobs, que se considera clausura la Semana de la Moda de Nueva York, se transformó en una fantasía oscura con una tenebrosa pasarela negra por la que desfilaron propuestas extravagantes de proporciones exageradas.
Entre ellas, un vestido de largo midi, compuesto por una gran destellante falda de tul, de torso ajustado pero de grandes mangas de farol, o un voluminoso vestido corto palabra de honor, compuesto por una combinación de plumas en blanco y azul cielo.
Fue este material, la pluma, el que más destacó en la propuesta de Jacobs, de la que también se sirvió en el diseño de otro vestido blanco y negro de grandes dimensiones, con una falda amplia que partía del pecho y mangas cortas de forma esférica.
La pluma la posicionó además como complemento en el pelo de las maniquíes, aunque en lugar de ser pequeñas y ligeras, como en las prendas, eran largas y rígidas, que se alzaban hacia el cielo partiendo de simples y oscuros gorros de lana.
En sus diseños, que recordaban a los portados por personajes de un cuento infantil, se apuntó Jacobs a la tendencia de los abrigos “oversize”, que presentó en gris oscuro y rojo, y a las botas altas acordonadas.
La tensa música que interpretaba en directo un cuarteto de instrumentos de cuerda aumentaba el carácter surrealista del desfile, en el que participaron modelos como Christy Turlington, Gigi Hadid, Kaia Gerber o Karlie Kloss, y al que acudieron celebridades como la cantante Rita Ora o la actriz Shailene Woodley.(EFEUSA).-