El Gobierno de Donald Trump elevó hoy a 24 el número de estadounidenses afectados por los supuestos ataques sónicos en Cuba, pero subrayó que eso no significa que haya habido nuevos incidentes desde finales de agosto pasado, cuando se registró el último suceso confirmado.
“Basándonos en las evaluaciones continuas del personal del Gobierno estadounidense, podemos confirmar que 24 personas han experimentado efectos en su salud debido a los ataques”, dijo en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
Hasta ahora, eran 22 las víctimas confirmadas por Washington de los misteriosos ataques, que supuestamente comenzaron a finales de 2016 y han causado síntomas como pérdida de audición y problemas cognitivos.
La actualización de la cifra se basa en “evaluaciones médicas del personal que resultó afectado por los incidentes este año”, y “no reflejan nuevos ataques”, indicó Nauert.
“El ataque médicamente confirmado más reciente tuvo lugar hacia finales de agosto. Nuestro personal está recibiendo evaluaciones y cuidados médicos completos”, aseguró la portavoz.
“No podemos descartar que haya más casos a medida que nuestros profesionales médicos siguen evaluando a miembros de la comunidad de la embajada” estadounidense en La Habana, añadió.
En respuesta a los ataques, el Departamento de Estado ha retirado a la mayoría de su personal en La Habana y aconsejado a los estadounidenses que no viajen a la isla, además de ordenar la salida de 15 diplomáticos cubanos que trabajaban en la embajada de ese país en Washington.
El Gobierno estadounidense no ha culpado, por ahora, al cubano por lo ocurrido, y ha insistido en que desconoce “qué o quién” provocó esos incidentes, un tema que está investigando el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
No obstante, Washington sí acusa a La Habana de no haber cumplido con su obligación de garantizar la seguridad de los funcionarios estadounidenses en su territorio.
Trump aseguró el lunes que cree que “Cuba es responsable” de los supuestos ataques sónicos, aunque el Departamento de Estado se apresuró a aclarar, en un cable dirigido a sus embajadas en el extranjero, que no ha asignado, de momento, culpa por el suceso.
El Gobierno cubano ha negado toda responsabilidad en los incidentes y ha asegurado que los ha estado investigando desde que tuvo conocimiento de ellos, aunque se ha quejado de la falta de cooperación de las autoridades estadounidenses a la hora de compartir información y de la falta de pruebas de los sucesos.