El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo la oportunidad de jugar hoy al golf en Florida con el número uno del mundo, Dustin Johnson, y una de las grandes estrellas de este deporte, Tiger Woods.
Después de conversar con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tal y como el propio Trump indicó en su cuenta en Twitter, el magnate se dirigió al Trump National Golf Club, en Jupiter (Florida), para disfrutar de uno de sus deportes favoritos.
Y lo hizo con el número uno del mundo, que este año ha ganado cuatro torneos y en 2016 se llevó el US Open, mientras disfruta de unos días de cierto descanso en Florida, adonde viajó con su familia para celebrar este jueves del Día de Acción de Gracias en su club Mar-a-Lago, en la cercana ciudad de Palm Beach.
En Mar-a-Lago, considerada la “Casa Blanca de invierno”, Trump, familia y amigos disfrutaron anoche de un menú tradicional que incluía pavo, puré de patatas y batatas, pargo rojo y cangrejo de Florida y una variedad de pasteles y tartas.
Tras la copiosa cena, Trump apostó por una partida “rápida” con Johnson y Woods, que también tienen una residencia en esa zona de Florida.
Durante la partida, el presidente pudo comprobar el estado de forma de Woods ahora que éste se prepara para regresar la próxima semana al circuito de la PGA.
Trump y Woods ya jugaron unos hoyos en diciembre del año pasado, cuando el republicano todavía era presidente electo, aunque el mandatario ya ha tenido la oportunidad de enfrentarse con otros profesionales de este deporte, como el norirlandés Rory McIlroy.
A comienzos de mes, durante su gira por Asia, Trump jugó además con el japonés Hideki Matsuyama, número 4 del mundo, y el primer ministro nipón, Shinzo Abe.
Pero el propio Trump remarcó en su Twitter que no está de vacaciones en Florida: además de hablar con el presidente turco de “llevar la paz al desastre que heredé en el Oriente Medio”, por la tarde trabajará en temas económicos.