Se pronosticaba que el pitcheo de los Dodgers haría la diferencia en la Serie Mundial y eso fue lo que sucedió en el Sexto Juego cuando impusieron su control desde el montículo y ganaron por 3-1 a los Astros de Houston para empatar a 3-3 el “Clásico de Otoño” que se tendrá que definir el miércoles en el Séptimo Partido que será el decisivo.
Esta vez si, el relevo de los Dodgers hizo su trabajo a la perfección al ceder apenas dos imparables y una base por bolas en cinco entradas dominantes.
Después del vertiginoso festival de bateo, que Houston ganó el domingo 13-12 en 10 entradas, el pitcheo hizo su aparición para ambos equipos, aunque fue mejor el de los Dodgers.
Los relevistas de los Dodgers encabezados por Brandon Morrow, que retiró a Alex Bregman mediante un rodado, para que las bases se quedaran llenas en el quinto acto, estuvieron intratables.
Tony Watson (2-0), que logró su segunda victoria, retiró al venezolano Marwin González por medio de un globo, con dos a bordo y dos “outs” en el sexto.
Mientras que el japonés Kenta Maeda salió de un atolladero con dos corredores en las bases, en la séptima entrada, cuando el antesalista Justin Turner le echó el guante a un rodado del venezolano José Altuve y lanzó justo a tiempo hacia el primera base Cody Bellinger.
Luego de dilapidar la ventaja en la novena entrada del segundo juego y de perder el quinto, Kenley Jansen retiró a seis bateadores en fila y consiguió también su segunda salvamento.
El out 27 llegó con un ponche al boricua Carlos Beltrán, veterano de 40 años, que había entrado por los Astros como emergente.
Mientras que los Dodgers siempre tuvieron el bate oportuno y productivo con el joven jardinero Joc Pederson que aportó cuadrangular solitario al mandar la pelota por encima del muro del guardabosques izquierdo.
Durante su recorrido triunfal, se dio golpes en el pecho y bailoteó por los senderos, describiendo tantos giros como los que ha dado esta Serie Mundial, además de indicarle a sus compañeros con los dedos que tendrían que pagarle el dinero que le prometieron si mejora con su bateo.
La nueva remontada significa que este Clásico de Otoño deberá definirse de un modo congruente con las emociones que ha deparado y la igualdad que habido por parte de ambos equipo que al final tendrán que decirlo todo en el Séptimo Juego, como mandan los “cánones” del deporte del béisbol.
Algo en lo que todos están de acuerdo, incluidos los dos pilotos de los equipos de los Dodgers, con Dave Roberts, y A.J.Hinck, responsable de los Astros.
“Es algo apenas adecuado y justo”, destacó Roberts. “Hoy fuimos mejores y merecimos el triunfo ante un gran equipo”.
Antes que llegase el cuadrangular de Pederson, el jardinero central Chris Taylor disparó un doblete que empató la pizarra ante el abridor Justin Verlander en la sexta entrada, Seager le siguió de inmediato con un elevado de sacrificio que significó la ventaja y los Dodgers ya apoyaron todo su juego en los relevistas.
Mientras que los Astros vieron como dejaron a ocho corredores en circulación cuando tuvieron toda las posibilidades de haber ganado el partido, lo mismo que les había sucedido en el cuarto partido disputado en su campo del Minute Maid, que tampoco supieron aprovechar las oportunidades de ganar.
Si lo hicieron los Dodgers, que después de perder dos de tres juegos en Houston, lograron sobrevivir en casa con la ayuda de los Astros.
“Nos alimentamos de este público, sin duda”, declaró Taylor. “Creemos que tenemos una gran ventaja por ser locales y vamos a aprovecharla al máximo”.
Pero fue Pederson el que volvió a descifrar los lanzamientos del relevista Joe Musgrove para el jonrón solitario en la parte baja de la séptima entrada.
Fue su segundo bambinazo ante el derecho en tres juegos, y amplió a 24 el número de vuelacercas conectados de forma combinada en esta Serie Mundial, que lo convierte en nueva marca.
Incapaz de batear en un tramo de esta campaña, Pederson fue enviado a las menores. Sus compañeros comenzaron a prometerle que le pagarían por los jonrones que disparara al jardín contrario, en un intento por alentarlo a batear la pelota en otra dirección.
“En una situación así, a uno se le borra la mente”, declaró Pederson, quien totaliza tres cuadrangulares en la serie. “Voy a tener que ver la repetición para darme cuenta de lo que hice”.
La remontada en el sexto juego y en plena Noche de Brujas dio a los fanáticos en Los Ángeles el caramelo más delicioso que esperaban recibir.
El Clásico de Otoño se ha extendido a siete duelos por segundo año consecutivo, luego que los Cachorros de Chicago derrotaron a los Indios de Cleveland en 2016, también tras superar una desventaja de 1-3 y ganaron los dos últimos partidos de visitantes.
El japonés Yu Darvish abrirá por los Dodgers, que no han logrado el título de la Serie Mundial desde 1988.
Mientras que Hinch se decidió por el derecho Lance McCullers Jr., que fue el que trabajó y ganó en el tercer partido disputado en Houston.”Son dos equipos increíbles que tratan de llegar primero a la meta”, destacó Hinch. “Hoy nos faltaron los hits decisivos que no llegaron”.
Será la primera vez en la historia que el Dodger Stadium albergue el Séptimo Partido de una Serie Mundial.Darvish buscará revancha tras llevarse una paliza en la segunda entrada del tercer juego, en el que McCullers llevó a Houston a un triunfo por 5-3.
El jardinero George Springer bateó un vuelacerca en el tercer acto ante el abridor zurdo Rich Hill, para dar la ventaja a Verlander y a Houston, un equipo que jamás ha ganado el Clásico de Otoño, en 56 años de historia.
Pero por décima ocasión en la serie, una ventaja se desvaneció. Es la quinta vez que Houston dilapida una delantera y esta vez si le costó la derrota a Verlander que fue la primera desde que llegó a Houston (9-1) con los Astros y que puede costarle nada menos que un título de la Serie Mundial.
- Rubén Lojam