Las primeras elecciones estudiantiles registradas en la historia dominicana, se realizaron el jueves 8 de febrero de 1962 con la participación de todos los estudiantes inscritos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y en ellas fueron escogidos los delegados estudiantiles al Claustro, el Consejo Universitario y las asambleas de facultades.
En este evento se votó en cada curso, donde se colocaron mesas electorales monitoreadas por dos profesores, que eran los encargados de llevar el control de los votantes, en base a sus números de matrículas.
Los analistas habían vaticinado que estas elecciones las ganaría con facilidad el sector más radical y militante en la lucha patriótica contra los remanentes del trujillismo, que contaba con líderes estudiantiles destacados de la talla de Asdrúbal Domínguez Guerrero, Antonio Isa Conde, Máximo Bernard Vásquez y Roberto B. Saladín Selín; pero no ocurrió así, ya que -¡para sorpresa de todos!- los mayores agraciados fueron estudiantes calificados de conservadores…los abanderados de las ideas socialcristianas; eran ellos, Fernando Mangual Navarro, Odalís Acosta y Bernardo Augusto Defilló Martínez, quienes lograron una impresionante cantidad de sufragios, poniendo a rodar por tierra la inefectiva campaña que se hizo en su contra, llamándoles “reaccionarios, clericales y monaguillos” con el objetivo de aminorar su simpatía entre los votantes por su filiación católica y su militancia en el Bloque Revolucionario Universitario Cristiano, que en esta etapa tenía el nombre de Bloque Democrático Revolucionario Universitario (BDRU).
El bachiller Mangual Navarro resultó ser el más votado, tras acumular mil 013 sufragios, de los cuales 404 se los concedieron sus compañeros de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales; 202 los alumnos de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, y el resto, los electores de las demás áreas académicas.
Esa elevada votación en una institución que rondaba entonces los tres mil matriculados, tomó desprevenidos incluso a los seguidores de la posición estudiantil liderada por el bachiller Domínguez Guerrero, donde sobresalía el fabuloso equipo de comunicación que editaba el semanario FRAGUA, conformado por Luis Eduardo Ibarra Ríos, Juan Bosco Guerrero Castro, Carmen Josefina “Picky” Lora Iglesias, Louis Paiewonsky del Valle y José Israel “El Gordo” Cuello Hernández; pero no así a la gran cantidad de estudiantes católicos que estaban en la Universidad y que conocían con claridad La riqueza lingüística y el don de convencimiento que poseía en su discurso el joven Mangual, quien se había destacado en el Colegio Don Bosco de la ciudad de Santo Domingo por su efusiva defensa de la filosofía socialcristiana y quien poco más tarde sería escogido por la cúpula católica para encabezar junto a los jóvenes Cristóbal “Tobby” Valdez y Carlitos Fernández Rivera (con la asesoría del sacerdote barbudo cubano Víctor Miranda), las manifestaciones cristianas que se efectuaron frente al Congreso Nacional para frenar la iniciativa -durante la gestión presidencial del profesor Juan Bosch- de la senadora perredeísta Thelma Frías Montalvo de Rodríguez, representante del Distrito Nacional, tendente a lograr la aprobación de un proyecto de ley que daría al traste con el Concordato firmado entre Trujillo y la Iglesia en 1954, imponiendo el modelo hostosiano de la educación laica.
Los llamados radicales, aunque no lograron una alta votación para los puestos del Consejo Universitario, sí pudieron conseguir una gran representación en las asambleas de facultades, porque ofertaron buenos candidatos como la joven estudiante de Derecho Picky Lora, quien ganó cómodamente en su área académica, donde se valoró de modo positivo su desempeño universitario y su hoja de servicios como ciudadana y defensora de los valores de la democracia a riesgo de su vida, pues siendo apenas una adolescente se manifestó contra la dictadura de Trujillo y fue apresada y maltratada por los esbirros de la dictadura, que la encerraron en una horrenda cárcel de Santiago.
Luego de la escogencia de los delegados estudiantiles para integrar el cogobierno universitario, el sábado 17 de febrero de 1962, en el paraninfo del edificio Dr. Defilló, en la Facultad de Ciencias Médicas, con la asistencia masiva de los profesores titulares y adjuntos se reunió el Claustro Universitario, procediendo a elegir el rector y los vicerrectores de la UASD, siendo escogido como Rector Magnífico, en votación libre y secreta, el doctor Julio César Castaños Espaillat, quien logró sumarse los votos de 150 de los 186 electores, venciendo holgadamente a sus oponentes, arquitecto Caro Álvarez, doctor Andrés Avelino hijo, doctor Héctor Read, doctor René Augusto Puig Bentz, doctor Miguel A. Piantini Morales, licenciado Máximo Coiscou Henríquez, doctor Gustavo Mejía Ricart y doctor Leoncio Ramos, quienes obtuvieron 10,10, 5, 4, 2, 1 y 1 votos, respectivamente.
Los vicerrectores escogidos fueron el doctor Piantini Morales, de la escuela de Medicina y el ingeniero Andrés María Aybar Nicolás, de Ingeniería.
La elección se efectuó sin inconvenientes, aunque el doctor Marcio Mejía-Ricart Guzmán intentó sin éxito que el Claustro prolongara en un mes el mandato del Consejo Provisional Universitario, que era el organismo colegiado que entonces gobernaba la UASD, presidido por el propio Castaños Espaillat, en su calidad de rector interino; e integrado por los doctores Luis R. del Castillo Morales, Puig Bentz y los bachilleres Isa Conde, Domínguez Guerrero y Armando Antonio Hoepelman Ripley, presidente de la FED.
Mejia-Ricart sostenía que se debía revisar y modificar el estatuto orgánico de la UASD antes de las elecciones, pero tras un intenso debate se rechazó su moción, pues se consideró que ya se habían realizado los procesos vitales para la óptima operatividad de la nueva estructura universitaria.
Los estudiantes que participaron en la elección del rector y los vicerrectores fueron Mangual Navarro, Defilló Martínez, Hoepelman Ripley, Rafael F. Alburquerque de Castro, Eduardo Melo, José Joaquín Puello Herrera, Leopoldo Grullón, Luisa Montás Cuello, Odalís Acosta, Eduardo Delgado, Joaquín Cuesta, Carlos Ciprián, Samuel Guerrero, José Antonio Rivas Grullón, Martha Montes de Oca, Marcos Antonio Charles, Daniel Espinal, Amadeo Conde, Francisco Comprés, Francisco Córdoba, Luis Ruiz, Radhamés Cortina Hernández, Josefina Camilo, Rodolfo Pichardo Martínez, Ramón Messina Márquez, Rafael Morales Pérez, Mario Reyes Risi, Mireya Román de Scheker, Armando Ron Betances, Luis Rodríguez Minaya, Eduardo Segura Almonte, , Ramón Aristy, Eduardo Álvarez González, José Ariza Gómez, George Taulé Mañón, Manuel Troncoso Cuesta, Eduardo Houellemont Roques, Fernando Batlle P., Máximo Valdez, Julio Fortuna, María C. Beras, F. Adolfo Arthur Nouel y Raulina Mendoza.
Al día siguiente se realizaron las elecciones de los decanos y el 21 de febrero se instaló el primer Consejo Universitario, presidido por el doctor Castaños Espaillat y teniendo de integrantes a los vicerrectores Piantini Morales y Aybar Nicolás; a los decanos recién electos, doctores Juan Francisco Sánchez y Sánchez, Froilán J.R. Tavares Vidal, Alberto Paiewonski, René Augusto Puig Bentz, Rafael Herrera Cambier, Héctor Luis Rodríguez, licenciado Luis Santiago Escobar Reyes , e ingeniero José Ramón Báez López Penha.
También se integró a ese organismo a los bachilleres Fernando Mangual (el más votado), Bernardo Augusto Defilló Martínez y Odalís Acosta, y con voz pero sin voto, al designado secretario general de la UASD, doctor Jaime Manuel Fernández González, quien luego se convertiría en líder de un partido político llamado Movimiento de Conciliación Nacional.
La prensa nacional destacó este ejercicio de pluralismo en la Universidad, observando que era la primera vez en su historia que acontecía un proceso de elecciones democráticas, desde que el papa Paulo III, mediante la bula “In apostolatus culmine”, concediera el permiso solicitado por los dominicos para fundar la institución el 28 de octubre de 1538.
A esas autoridades les cupo el honor de surgir de unos comicios pulcros, novedosos e históricos con la responsabilidad de guiar a la UASD por la ruta de la reforma y el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Ellos encabezaban el primer experimento democrático que se desarrollaba en el país desde la muerte del dictador Trujillo, que debía inspirar y servir de ejemplo a los organizadores de las elecciones generales del 20 de diciembre de 1962, para que se impusiese -como sucedería- la voluntad popular que sustentó la victoria del candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), profesor Juan Bosch.
Este acontecimiento lo resaltaría Castaños Espailllat diciendo -en la apertura de este organismo- que la Universidad de Santo Domingo, felizmente “por nuestro esfuerzo ya autónoma”, había recibido transformaciones y si bien su resultado no era bastante para colmar las aspiraciones de todos, satisfacía sin embargo que ella fuera la primada de América y también la primera del continente americano en calidad.
Castaños agregó que “ya hemos logrado algo, porque de nada, hemos hecho una verdadera universidad”; y exhortó a los miembros del Consejo a luchar no sólo por sus facultades, “sino desparramar toda esa lucha por la universidad entera”, aunque con esto sucumbiese el interés por la facultad en que laboraban.
Indicó que con la sesión del Consejo se iniciaba una etapa histórica en la universidad, que era una de las más importantes en su historia, porque antes las cosas se llevaban a las sesiones elaboradas fuera de la universidad y listas para ser aprobadas, pero ahora se discutirían y aprobarían internamente.
También señaló que el rector mientras estuviese en sesión se despojaría de su jerarquía individual, para convertirse en un miembro más del Consejo, donde su voto valdría igual que el de los demás miembros, e ilustró a los delegados estudiantiles en el sentido de que sus votos y opiniones podrían expresarse, discutirse y defenderse con ardor idéntico al de los demás miembros, pero respetando finalmente la decisión del organismo ajustada al centralismo democrático que regía la actividad universitaria.
En su primera sesión el Consejo Universitario decidió que sus reuniones se celebrarían los primeros jueves de cada mes a las 8:00 de la noche, y que mientras hubiera muchos asuntos que tratar, como acontecía en esos días, el organismo laboraría los lunes, miércoles y viernes de cada semana.
En esa primera sesión se nombró como tesorero de la UASD al profesor Andrés Font Bernard, se aprobó las designaciones de Rogelio Lamarche Soto, como director médico del servicio social y el bachiller Asdrúbal Domínguez como coordinador de becas; y se aprobó la escogencia que hicieron las asambleas de facultades de varios vicedecanos, entre ellos el doctor Mariano Lebrón Saviñón, en la Facultad de Ciencias Médicas y la doctora Rosa Ricourt Regús, en la Facultad de Farmacia y Ciencias Químicas.
Tres meses después, la UASD era escenario de un nuevo proceso democrático. El viernes 25 de mayo de 1962, el secretario general de la FED, bachiller Leopoldo Grullón, en funciones de presidente, por la renuncia de Hoepelman Ripley, anunció la celebración ese día de un congreso estudiantil para elegir democráticamente a los directivos del gremio. El aviso estaba firmado por él y el bachiller Rafael E. Castán, secretario de asuntos nacionales de la FED y fue publicado en espacio pagado en los diarios nacionales. El evento se realizó en el Paraninfo del Edificio de Ciencias Médicas Doctor Defilló, presidido por el estudiante de medicina José Joaquín Puello Herrera, y al mismo acudieron los jóvenes que recibieron las más altas votaciones en las elecciones realizadas por curso…fueron ellos, Zaida Lovatón Ginebra, Rafael Fco. Alburquerque de Castro, Martha Montes de Oca, Cayetano Rodríguez del Prado, Dulce María Ramírez de los Santos, Miguel A. Corniel Lagrulle, Ana María Ricart Sturla, José Rodríguez Conde, Sonia Oliva Guerrero, Roberto Saladín Selín, Sarah Lugo, Eulogio Santaella Ulloa, Ana Rosa Bergés, José E. Cruz Pichardo, Isabel Josefina Mesa Rodríguez, Danilo Pimentel Soriano, Inés Violeta Ortega, Osvaldo Antonio Olivier Calderón, Virginia González, Nelson Antonio Lora Quezada, María Rosa Peña Morel, José Gabriel Luna Brea, Farila Marelis Sánchez, Pedro Hansen del Orbe, Marcia E. Jiminián R., Frank Valdez, María Cristina Beras, Máximo Antonio Ureña, Cristina Hernández, Inés Báez Draiby, Manuel Justo, Ana María de la Cruz, René Santana Milán, Cándida Sanabia, Santiago Fermín, Mercedes Jiménez R., Jesús Rivas, Lucía Nova M., Armando Menicucci, Paulina Tineo Tejada, Fernando Valdez, Zeneida Gómez Góme, Osiris Grullón Ruiz, Mirtha Sanabia, Bienvenido Brito, Mercedes Mejía, Ramón A. Martínez, Josefina Pérez, Nelson Cunillera V., Ana Henríquez, Juan Isidro Tineo Robles, José Francisco López, Pedro Antonio Pimentel, Daniel Estrada, Alexis Rodríguez, Pedro Grullón, Nicanor Orlando Pérez, José E. Pérez Arias, Manuel R. García, Rafael Beato Frías, Francisco M. Comprés, Fermín, Enrique Batista Gómez, Rafael Grullón, Ezequiel A. González Reyes, Miguel González, Máximo Valdez, José Garrigó, Joaquín Cuesta, Héctor Valenzuela, Moisés González, José Díaz Peña, Carlos Cordero Arias, Enerio Rodríguez, Evaristo Caraballo, Andrés Núñez T., Rafael Morillo Peña, Guarionex Manzueta, Darío Jiménez Miranda, Publio Camilo López, Tomás Núñez Reynoso, Julián Contreras, Marino Espinal, Vinicio Romero, Augusto César Mañón Melo, Julio César Hernández Luperón, José R. Bonilla Almonte, Diego Pimentel Ortiz, R. Pichardo Estévez, A. Mauad Castillo, Nelson Viñas P., José R. Fermín V., Lenis Melo Quezada, Castán Encarnación, Rivera Cedeño, Fernando Batlle P., José Canó González, Sergio Bisonó, Federico Fermín, Iván Tavárez, Rodrigo Lozada, Dinápoles Soto Bello, Esteban Díaz Jáquez, Marcos Charles y Eduardo Segura.
Hay que resaltar el trabajo hecho desde la fundación de la FED por el comité ejecutivo provisional, dirigido primero por el joven Manuel de Jesús “Cucho” Rojas Fernández, quien se vio forzado a renunciar debido a que fue coaccionado por el gobierno de Balaguer, que le fabricó un expediente judicial vinculándolo con la quema de Radio Caribe y presionó de tal manera para sacarlo de circulación, que cuando fue apresado, el propio presidente Balaguer en un acto desacostumbrado, convocó a su familia al Palacio Nacional y teniendo de testigos a los periodistas que cubrían la casa de Gobierno, ordenó la liberación del joven líder universitario y en dicho acto se lo entregó a sus padres, que se responsabilizaron del comportamiento público de su vástago; de suerte} que poco después lo sacaban del país, enviándolo a Puerto Rico, donde finalizó sus estudios.
A la salida de Rojas, la FED pasó por un momento de indecisiones, pues el sucesor José Eugenio Villanueva, duró poco tiempo en el rol de presidente, aunque continuaría como miembro de la entidad. Entonces el cargo fue ocupado por el bachiller Armando Antonio Hoepelman Ripley, el más destacado de aquella tríada ejecutiva, quien haría una labor ciclópea en la construcción de la organización y en su proyección pública, dando una serie de pasos que prestigiaron su lucha, como fue la acción solidaria junto a las asociaciones empresariales, sindicales y profesionales, en la jornada librada por el pueblo dominicano para destrujillizar el país y garantizar marcha hacia el sendero de la democracia.
La FED de Hoepelman estuvo presente en el repudio masivo a la presencia de barcos extranjeros en las costas nacionales, cuando se produjo la salida del país de la familia Trujillo; y encabezó las movilizaciones exigiendo respeto a la soberanía nacional, y puso su firma en el documento que solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA), el lunes 11 de diciembre de 1961, el envío urgente de una subcomisión de ese organismo que sirviese de moderadora para estabilizar el país en medio de la peligrosa crisis que vivía en ese momento.
Igualmente firmó en fecha 17 de enero 1962 un documento junto a las organizaciones empresariales, sindicales y profesionales denunciando al gobierno por el uso de métodos propios de la tiranía trujillista que ponían en peligro los valores democráticos, y lo responsabilizó del irrespeto a la libre expresión y de los múltiples hechos de violencia que ocurrían en el país, debido a la represión desatada por el aparato militar encabezado por el general Rodríguez Echavarría, quien no escondía su propósito de calzarse las botas de Trujillo.
Una de las actividades más impactantes de la FED conducida por Hoepelman fue la realización de una huelga de hambre a mediados del mes de enero de 1962 exigiendo la destitución del ministro de las Fuerzas Armadas, general Rodríguez Echavarría, y la renuncia del doctor Balaguer como presidente del Consejo de Estado. En esa acción contó con el respaldo militante y casi total del profesorado universitario.
Asimismo se debe resaltar la actividad luego de la masacre de la calle Espaillat y el parque Independencia, reclamando sin temor a represalia un severo castigo al Coronel Caonabo Fernández, por ordenar y dirigir la operación policial que degeneró en los hechos sangrientos; y también el desfile de estudiantes que se hizo días más tarde por la avenida George Washington, que culminó con un micromitin en la puerta principal del Palacio Nacional, exigiendo al gobierno que declarara personas no gratas al cónsul estadounidense Fred Anthony Somerford y al señor Andrew C. MacLellan, delegado de la Organización Regional Interamericana del Trabajo ( ORIT), por su involucramiento en los asuntos laborales del país, en perjuicio de los intereses de la central sindical FOUPSA.
Esa lucha patriótica de la FED en la época de Hoepelman Ripley se expresó de igual manera en repudio a la golpiza policial que recibió el estudiante Luis -Pin- Montás y contra las deportaciones de los doctores Marcio Mejía-Ricart Guzmán, Hugo Tolentino Dipp, José Ricardo Feris Iglesias, Vinicio Calventi, Diego Bordas y Francisco Henríquez V.
Hoepelman Ripley, junto a Alburquerque de Castro y otros estudiantes, fundó el Frente Universitario Radical Revolucionario (FURR), que agrupaba a los simpatizantes del PRD en la UASD, y también un semanario informativo llamado “Termómetro”, para orientar a los seguidores de esa organización estudiantil.
En todas esas actividades Hoepelman Ripley estuvo acompañado de los dirigentes fundadores de la FED y de otros que se fueron sumando durante el año 1962. Eran estos, Asdrúbal Domínguez Guerrero, Eduardo Delgado, Leopoldo Grullón, Oscar Lama Habib, Miguel Genao, Daniel Céspedes, Víctor De Camps Cáceres, Alfredo Loinaz, Rafael F. Alburquerque de Castro, Antonio Isa Conde, Joselyn Rodríguez Conde, Zaidita Lovatón Ginebra, Mariano Fiallo, Rubén Álvarez Rodríguez, Antonio Cuello Hernández, Eduardo -Petit- Houellemont Roques, Ubaldo Francisco Roa, Juan Bosco Guerrero Castro, Manuel de Jesús Muñiz, Rafael Martínez Richiez, José Israel “El Gordo” Cuello Hernández, Carmen Josefina “Picky” Lora Iglesias, Roberto Saladín Selín y Luis Eduardo Ibarra Ríos.
Por último recordamos que el comité ejecutivo nacional surgido de las primeras elecciones estudiantiles estuvo formado por los bachilleres Asdrúbal Domínguez, secretario general; Leopoldo Grullón Ruiz, secretario de coordinación; Dulce María de los Santos, secretaria de actas y archivo, Lenys Melo, secretario de asuntos sociales; Josefina Pérez, subsecretaria de asuntos campesinos; José Manuel Rodríguez, subsecretario de actas y archivo; José Díaz, subsecretario de actas y archivo; Joaquín Cuesta, subsecretario de asuntos campesinos; Bienvenido Brito, secretario de finanzas; María López, subsecretaria de asuntos sociales; Frank Valdez, subsecretario de finanzas. Leonardo Erickson, subsecretario de prensa; Orlando Pérez, secretario de Propaganda; Francisco López, subsecretario de propaganda; Agustín Corniell, secretario de prensa y Rafael Alburquerque de Castro, subsecretario de coordinación.