El Buró Federal de Investigaciones (FBI) registró 17.250 asesinatos en Estados Unidos durante el año 2016, lo que supone un incremento del 8,6 % con respecto al año anterior y muestra un fuerte aumento de la criminalidad, aunque aún alejado de los niveles de la década de los 80 y 90 del siglo pasado.
Las estadísticas anuales publicadas hoy por el FBI muestran, además, un aumento por segundo año consecutivo de los crímenes violentos en todo Estados Unidos.
Ese incremento se debe, sobre todo, al avance de los asesinatos durante el último año en grandes ciudades como Baltimore, Washington y Chicago, urbe esta última que ha usado repetidamente el Gobierno del presidente, Donald Trump, para justificar sus políticas de mano dura contra el crimen.
Según los datos registrados a nivel regional por el FBI, en el estado de Illinois, al que pertenece Chicago, hubo 941 asesinatos; en Maryland, cuya mayor ciudad es Baltimore, se registraron 430, mientras que en el Distrito de Columbia (donde está la capital, Washington) ocurrieron 136 asesinatos en el 2016.
Según el centro de pensamiento Brennan, el incremento en el número de asesinatos se debe, sobre todo, al aumento del crimen en grandes ciudades como Baltimore, Washington y Chicago, aunque hay otras urbes, como Nueva York, que han visto descender significativamente su tasa de homicidios en los últimos años.
En total, según los datos del FBI, hubo 17.250 asesinatos en 2016, lo que supone un incremento del 8,6 % con respecto a 2015, cuando la cifra llegó a 15.883.
De esa forma, la tasa de homicidios volvió a crecer y se situó en 5,3 asesinatos por cada 100.000 habitantes, la proporción más alta desde 2008, cuando se registraron 5,4 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Los datos sobre homicidios se incluyen dentro de las estadísticas sobre crímenes violentos, definición bajo la que se incluyen asesinatos, robos, violaciones y ataques con algún tipo de arma.
Con respecto a crímenes violentos, en 2016, el FBI registró 1.248.185 delitos ejecutados con violencia en todo Estados Unidos, lo que supone un incremento del 4,1 % con respecto a las cifras de 2015, cuando se registraron 1.199.310 delitos de ese tipo.
Así, durante 2016, la tasa de crimen violento fue de 386,3 por cada 100.000 habitantes, lo que supone un aumento con respecto a la tasa de 373,7 delitos de 2015 y muestra, además, el mayor incremento desde 2012, cuando se registró una proporción de 387,8 delitos con violencia.
Las datos sobre crímenes violentos y homicidios están considerados como los indicadores más significativos para evaluar la violencia que azota a un país.
A pesar de los incrementos experimentados este año, las tasas de violencia están aún alejadas de las cifras alcanzadas en la década de los 80 y a principios de los años 90.
Durante el año 1991, por ejemplo, la tasa de delitos violentos fue de 758,2 por 100.000 habitantes, mientras que la tasa de homicidios fue de 9,8 por 100.000 personas, unas cifras altas que comenzaron a caer en los años posteriores, aunque hubo algunos incrementos interanuales.
Estas son las primeras estadísticas de criminalidad que el FBI publica durante el Gobierno de Trump, quien en el momento de jurar su cargo como presidente el pasado 20 de enero consideró que las ciudades de Estados Unidos estaban sufriendo una “carnicería” y prometió ponerle fin.
El fiscal general, Jeff Sessions, ha tratado de poner en marcha algunas políticas para combatir lo que él ve como una “marea creciente de crimen violento” en todo el país.
“Estamos comprometido -dijo hoy Sessions- a trabajar con nuestros socios estatales, locales y tribales para frenar los crímenes violentos, desmantelar los grupos criminales y las pandillas, detener el flagelo del narcotráfico y enviar un fuerte mensaje de que no vamos a entregar nuestras comunidades a la anarquía y la violencia”.
El Gobierno de Trump ha pedido más fondos al Congreso para luchar contra el narcotráfico y pandillas como la Mara Salvatrucha (MS-13), que ha convertido El Salvador en uno de los países más violentos del mundo y que está ganando poder en algunas grandes ciudades de Estados Unidos.