El Gobierno surcoreano ha instado al régimen de Corea del Norte, liderado por Kim Jong Un, a no llevar a cabo ninguna “provocación” ante el inminente cambio de poder en la Casa Blanca, que se completará el 20 de enero con la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden.
La posibilidad de un ensayo armamentístico por parte de Pyongyang ha sido motivo de especulaciones en estas últimas semanas, pero el ministro de Unificación de Corea del Sur, Lee In Young, considera que sería contraproducente, contrario al “deseo de paz” en la península.
“Esperamos que los próximos seis meses sean una gran oportunidad para reiniciar el proceso de paz y avanzar hacia una desnuclearización completa y una paz duradera en la península de Corea”, que sigue técnicamente en guerra desde el fin del conflicto en 1953, ha dicho Lee durante un foro, según la agencia de noticias Yonhap.
El ministro surcoreano espera una posición flexible por parte de Biden y ha hecho hincapié en que el futuro mandatario norteamericano ha dejado abierta la puerta a una futura reunión con Kim Jong Un si sirve para lograr avances prácticos en el tema nuclear.
El presidente saliente, Donald Trump, organizó dos cumbres junto a Kim, la última de las cuales terminó en febrero de 2019 de forma abrupta y sin acuerdo. Desde entonces, se han registrado picos de tensión entre las dos Coreas, que han dado por rotas sus comunicaciones.