De acuerdo a confidencias de un gran numero de maestros del sistema escolar de Puerto Rico hemos sido informados que existen las terapias grupales implementadas en las escuelas públicas de Puerto Rico para atender a la población de educación especial. Estas han generado una gran controversia entre padres, educadores y profesionales de la salud mental. La principal preocupación gira en torno a la eficacia de este método para brindar una atención individualizada y adecuada a las necesidades específicas de cada estudiante. El asunto descansa en evaluar si las terapias afectan negativamente el aprendizaje del estudiante porque lo sacan del salon un promedio de 90 minutos por semana. O sea, ¿Como se puede esperar un progreso académico cuando es sacado del salón donde pierden el contacto directo con el maestro. Luego se hace responsable al maestro de preparar material remedial para ese estudiante, quitándole tiempo de preparación y atención individualizada a los otros estudiantes de la corriente regular.
Cumplimiento vs. Eficacia
Si bien la implementación de estas terapias grupales busca cumplir con la alta demanda de servicios y la escasez de profesionales en las escuelas públicas, se cuestiona si realmente se está brindando una terapia efectiva y personalizada a cada estudiante.
Preguntas claves que hay que atender:
1. ¿Las terapias sicológicas de educación especial deben ser de forma grupal?
La respuesta no es tan sencilla. Si bien las terapias grupales pueden ser beneficiosas en algunos casos, como el desarrollo de habilidades sociales o la promoción de la autoestima, no son la única ni la mejor opción para todos los estudiantes. ¿Acaso se hacen terapias grupales para cumplir con la gran cantidad de estudiantes que necesitan intervención? ¿Cuan efectivas han sido las terapias grupales? ¿Existe un estudio de los beneficios académicos de las mismas?
2. ¿Cómo viola este método la ley HIPAA?
La ley HIPAA (Health Insurance Portability and Accountability Act) protege la privacidad de la información médica de los pacientes. Las terapias grupales en un entorno escolar, donde no hay privacidad, podrían poner en riesgo la confidencialidad de la información personal y sensible de los estudiantes.
3. ¿Es conveniente que los otros estudiantes de educación especial escuchen los problemas de su compañero estudiante?
Compartir experiencias en un grupo puede ser positivo en algunos casos, pero también puede ser incómodo o incluso perjudicial para algunos estudiantes. A veces los estudiantes pueden dejar de mencionar asuntos importantes en la terapia por temor a divulgar alguna informacion frente a sus compañeros. Es fundamental evaluar las necesidades y características de cada individuo antes de incluirlo en una terapia grupal.
4. ¿Esto de las terapias grupales puede considerarse una violación a la ley federal?
Si no se toman las medidas adecuadas para proteger la privacidad de los estudiantes y se les obliga a participar en terapias grupales sin su consentimiento o el de sus padres, esto podría considerarse una violación a la ley federal.
En busca de soluciones:
Es necesario buscar alternativas que permitan brindar una atención individualizada y de calidad a los estudiantes de educación especial las cuales no necesariamente deben ser en la escuela. Algunas opciones podrían ser:
- Aumentar la cantidad de profesionales de la salud mental en las escuelas.
- Ofrecer una variedad de opciones terapéuticas, incluyendo terapias individuales y grupales.
- Garantizar la privacidad y confidencialidad de la información de los estudiantes.
- Involucrar a los padres en la toma de decisiones sobre la terapia más adecuada para su hijo.
Un debate necesario:
La controversia sobre las terapias grupales en las escuelas públicas de Puerto Rico ha abierto un debate necesario sobre la mejor manera de atender a la población de educación especial. Es fundamental que se consideren las necesidades de cada estudiante y se implementen estrategias que brinden una atención individualizada, efectiva y de calidad.
En conclusión, es importante que se revise y se re evalúe la política actual de las terapias grupales en las escuelas públicas de Puerto Rico para asegurar que se cumplan con las leyes federales, se proteja la privacidad de los estudiantes y se les brinde la atención individualizada que necesitan para alcanzar su máximo potencial.
