La banda de rock Caifanes se plantea iniciar próximamente la composición de un nuevo álbum pensando cómo seguir siendo ellos mismos y a la vez cubrir las demandas que exige la música en la actualidad, dijo en entrevista con Efe el baterista del grupo, Alfonso André.
“¿Estamos listos para decir algo?” o “¿Cómo traer a Caifanes a 2018 sin que deje de ser Caifanes?” son algunas de las preguntas que asaltan a los integrantes a la hora de decidir si finalmente entran en un proceso de composición, algo que no hacen desde 1994, cuando salió su exitoso álbum “El nervio del volcán”.
La banda lleva barajando la posibilidad desde hace varios años, aunque “ha sido difícil por la agenda apretada” y la necesidad de encontrar “un delicado equilibrio” entre una voz novedosa y no dejar de ser ellos mismos.
“Queremos hacerlo, está en la intención de la banda sacar algo nuevo. Hemos tenido ya varios ensayos para juntarnos a tener ideas nuevas”, aseguró André, apuntando a 2018 como el año indicado para lanzar un nuevo trabajo, pero aún sin fecha concreta.
La banda sufrió una separación en 1995, para después volver en 2011 a actuar principalmente por México y Estados Unidos.
En ese intervalo, Saúl Hernández, vocalista de la banda, junto al propio André, formaron el grupo Jaguares y publicaron varios discos, por lo que no han dejado de crear.
El percusionista consideró que “el rock está vivito y coleando” gracias a su propia naturaleza mestiza, que alterna la promiscuidad y la rabia contestataria con las características propias de cada región en la que se toca.
“La música rock se mantiene viva gracias a eso, que es un constante mestizaje entre nuevos y viejos géneros, entre músicas nativas de las regiones en las que se da. Por eso seguirá vivo siempre”, afirmó con rotundidad.
Sobre lo que se publica en la actualidad en el panorama rockero, el artista se mostró satisfecho, aunque admitió que “hay gente que lo hace de manera conformista y que no reflejan algo que esté pasando socialmente”.
“Cualquier manifestación artística que valga la pena tiene que basarse en lo que está pasando alrededor”, agregó.
La mayoría de los géneros que nacieron como radicales “se han asimilado como parte del status quo y de la cultura popular”, algo que suele pasar también con los movimientos artísticos y revolucionarios.
André (Ciudad de México, 1962) lamentó los sismos que sacudieron el país el 7 y el 19 de septiembre pasado y consideró que la música es una “luz en la oscuridad para la gente que está pasando momentos difíciles”.
Al margen del terremoto, en la música siempre hay una intención de hacer sentir algo y lograr “conectar con la gente”.
La banda obtuvo un enorme éxito entre finales de la década de los 80 y principios de los 90, “gracias a una serie de circunstancias que se unieron por azares del destino” y a que “Caifanes no suena a ninguna otra banda más que a Caifanes”.
“Cuando empezábamos no sabíamos a dónde íbamos (…) En México era imposible pensar que podías vivir de tocar rock, ya que nadie estaba apostando por ese tipo de música”, rememoró.
La autenticidad del grupo -que fue alternando un estilo rockero deudor del auge del rock and roll de habla hispana experimentado en los años 80 en Latinoamérica con géneros como el punk o el new wave- se debe a que cada integrante “procede de lugares muy diferentes y así se logra un sonido muy particular”.
Pese al éxtasis vivido en aquellas décadas, la banda tiene seguidores entre las nuevas juventudes y la madurez les permite ahora “sentirse mucho más agradecidos” y valorar mejor su crecimiento tras 30 años de carrera.