La inesperada alianza entre el presidente Donald Trump con la oposición demócrata permitió al Congreso estadounidense aprobar hoy un paquete de ayuda de 15.250 millones de dólares para las víctimas del huracán Harvey, a la vez que extendió el tope de endeudamiento tres meses y otorgó fondos al Gobierno federal hasta el 8 de diciembre.
El resultado de la votación en la Cámara de Representantes dejó hoy claro el descontento entre las filas republicanas por el pacto: 316 votos a favor y 90 en contra, todos ellos conservadores del partido del presidente Trump.
Los republicanos cuentan con mayoría tanto en la Cámara Baja como en el Senado.
Horas después, el mandatario firmó la ley para que pueda iniciarse el desembolso de la asistencia federal, confirmó su portavoz, Sarah Sanders, en su cuenta de la red social Twitter, al subrayar que esos fondos darán “apoyo muy necesario para los supervivientes de la tormenta”.
“Nuestro pensamientos y oraciones están con todos los impactados”, agregó la portavoz.
Estos fondos irán destinados a los damnificados y las labores de reconstrucción por Harvey, que dejó 60 muertos y miles de desplazados en el sur de Texas y Luisiana, y servirán para ampliar los recursos de la Agencia Federal de Gestión de Desastres (FEMA, en inglés) en un momento en el que EEUU se prepara para la llegada de otro potente huracán: Irma, que alcanzará las costas de Florida este fin de se semana.
El presidente de la Cámara baja, el republicano Paul Ryan, reconoció que la llegada de los potentes huracanes había forzado a actuar con mayor premura y evitado un debate más profundo sobre el aumento del límite de endeudamiento.
“La gente está rápidamente solicitando su ayuda de FEMA a través de sus teléfonos móviles, esas peticiones están siendo aprobadas, y ese dinero está saliendo a una mayor velocidad de lo que hemos visto antes, hasta el punto de que la agencia se podría quedar sin dinero tan pronto como el viernes”, dijo Ryan en una conferencia de prensa.
Los republicanos tradicionalmente se han opuesto a cualquier alza en el tope de endeudamiento, que no vaya emparejado a recortes en el gasto público.
Uno de los legisladores conservadores que votó en contra de la legislación, Mark Warner, subrayó que los republicanos hicieron campaña “para cambiar estatus quo”, y los estadounidenses les eligieron por ese mensaje de freno del gasto público.
La deuda de EEUU se encuentra actualmente cerca de los 20 billones de dólares.
En esta ocasión, sin embargo, el presidente Trump buscó la alianza de la oposición, y tras una reunión con el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y la de la Cámara, Nancy Pelosi, pactó unir tanto la petición de alza de techo de deuda durante tres meses con los fondos para Harvey.
Al anunciar el acuerdo, Trump señaló que “lo que necesita el país son más acuerdos de carácter bipartidista”.
El plazo para aprobar un nuevo techo de la deuda y financiar al Gobierno para el próximo año fiscal, que comienza el 1 de octubre, vencía a finales de este mes, pero tras el pacto los legisladores tendrán tiempo hasta diciembre para cerrar un acuerdo de largo plazo y mayor alcance.
De este modo, se zanjó el debate sin el drama de años pasados, como en 2011, cuando no se alcanzó hasta el último instante, lo que provocó que la agencia de calificación Standard & Poor’s rebajase por primera vez en la historia la calidad crediticia del país.
En este sentido, el director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, aplaudió la aprobación de la propuesta de asistencia tras Harvey junto con el tope de deuda al asegurar que era “lo correcto” y trató de calmar las tensiones en el seno de los legisladores republicanos.
“Lo que hemos hecho es simplemente mover esto (el techo de la deuda) por ahora para poder seguir operando en estos tiempos tan difíciles. No ceo que hayamos tenidos dos grandes huracanes golpeando el país en la misma semana. Así que ahora mismo hay otras prioridades y pasarlo a diciembre no supone nada grave”, dijo Mulvaney en una entrevista en la cadena Fox.