El actor dominicano Carlos de la Mota es ejemplo de que los destinos se cumplen “sin importar si estamos conscientes de lo que la vida nos tiene deparado”, así lo dijo el artista en entrevista con la española Mar Saura.
“Cuando estudiaba arquitectura me subía a las mesas de dibujo a imitar a Luis Miguel y en los bares cantaba, sin pensar que con el paso de los años iba a ir a México a actuar en una novela y cantar en un musical”, afirmó.
Carlos creció admirando a las estrellas del beisbol, deporte de gran popularidad en su país. Sin embargo, además de una gran destreza para practicarlo, el hoy actor demostró una gran habilidad para las matemáticas desde niño, misma que lo impulsó a estudiar Arquitectura años más tarde.
En relación al cambio que hizo de la arquitectura para ser actor, dijo que ese “cambio de planes profesionales” le permitió explorar nuevos horizontes, explotar su verdadera vena histriónica y debutar en la pantalla chica actuando en la telenovela mexicana “Clase 406”.
Sin embargo, hay una interpretación en particular que Carlos de la Mota atesora por su importancia para su carrera. Así lo reveló cuando la conductora española le preguntó por el personaje que más lo ha marcado:
“Yo creo que el personaje que más me ha definido es el que hice en ‘Destilando amor’, un personaje maravilloso que se llamó ‘Mr. James O’Brien’. Me cambió la vida, porque de ser desconocido a los dos días me di a conocer en el mundo entero y en mi propia empresa”, aseguró.
Tras hacer un breve recuento de sus papeles más entrañables, la charla derivó en las motivaciones personales del actor, que recientemente fue nombrado por el gobierno de su país como representante de los dominicanos que viven en el exterior.
Lo más importante para el actor dominicano, es “dejar algo más allá de mi carrera, y de la única forma que tú puedes dejar un legado es que tú sigas trabajando y esa inspiración y pasión es lo que te mueve”.