El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que un centenar de países que asisten a la XXVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP26) que se celebra en Glasgow (Reino Unido) se ha comprometido con su propuesta de reducir las emisiones de metano (CH4) en un 30 por ciento de aquí a 2030.
“Juntos nos estamos comprometiendo de forma colectiva a reducir nuestras emisiones de metano un 30 por ciento en 2030 y creo que realmente podríamos alcanzarlo”, ha valorado este martes Biden en la ciudad escocesa, donde este lunes subrayó que Estados Unidos estaba de vuelta a la mesa de negociación y pidió perdón por que la administración que le precedió, la de Donald Trump, retirase a su país del Acuerdo del Clima de París.
“Hoy cerca de cien países lo están firmando. Eso es aproximadamente la mitad de las emisiones globales de metano. Va a suponer una enorme diferencia”, ha añadido el mandatario estadounidense que ha añadido que esta iniciativa propuesta por Estados Unidos y la Unión Europea, no solo podría ayudar a combatir el cambio climático, sino también a mejorar la salud, cortar las pérdidas de cosechas y reducir la contaminación.
Por parte estadounidense, la iniciativa incluye una serie de normas sobre la perforación para la obtención de petróleo y gas, así como oleoductos –sector responsable del 30 por ciento de las emisiones en el país–, tal y como ha detallado previamente la Casa Blanca en un comunicado.
“Al abordar las emisiones de metano, estimular las innovaciones y apoyar la agricultura sostenible, el presidente Biden anuncia hoy pasos audaces que impulsarán la economía de energía limpia de Estados Unidos y crearán empleos bien pagados”, han expresado desde Washington.
Así bien, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha explicado una serie de apuntes relacionados con la producción de gas y petróleo de tal modo que propondrá ampliar y fortalecer las regulaciones ya existentes sobre las nuevas instalaciones, a la par que pedirá a los estados del país que desarrollen planes para reducir las emisiones de las instalaciones ya existentes, recoge ‘The Hill’.
Según el Gobierno, con esta nueva normativa la EPA busca reducir las emisiones de metano en, aproximadamente, un 75 por ciento, a la par que se reduce la presencia de compuestos que forman neblumo y generan toxicidad en el aire.
En el mencionado comunicado de la Casa Blanca también se reconocen los intentos del Departamento de Interior para penalizar la liberación o quema del exceso de gas, para lo que propondrá una regulación que requiera que los perforadores de petróleo y gas paguen tarifas al Gobierno por aquello que se libera o quema.
Así, se habla de una tarifa para las empresas petrolíferas y de gas que emitan metano por encima de un umbral estipulado. Del mismo modo, se aplicarán 775 millones de dólares –casi 668 millones de euros– en subvenciones para ayudar y fomentar a las empresas a mantenerse por debajo de dicho tope, apunta la cadena CNN.
“La tarifa y las reglas deben ser herramientas complementarias (…) Las reglas son críticas porque, si se diseñan correctamente, garantizan reducciones integrales en todos los ámbitos. La tarifa tiene la capacidad de aumentar las regulaciones al generar reducciones más rápidas y potencialmente adicionales”, ha explicado el líder del Fondo de Defensa Ambienta, Jon Goldstein, a la mencionada cadena.
En lo que se refiere a la Agricultura, el Departamento competente buscará la adopción de formas alternativas de gestionar el estiércol que reduzcan las emisiones, la energía renovable generada en las granjas y el aumento de las inversiones en innovaciones para abordar las emisiones de metano del sector.
Los defensores de abordar las emisiones de metano han argumentado que puede ser una forma rápida de disminuir el calentamiento global, pues el metano es más potente que el dióxido de carbono, un tema que se puso de manifiesto cuando en el mes de agosto Naciones Unidas pidió “reducciones fuertes, rápidas y sostenidas” de las emisiones de dicho gas.