El calificado como colesterol “bueno” (HDL) no protege por sí solo de las enfermedades cardíacas y necesita al menos ir acompañado de niveles adecuados de otros dos indicadores como el colesterol “malo” (LDL) y los triglicéridos para ser efectivo en la prevención de estos problemas, según un nuevo estudio de la Universidad de Maryland (EE.UU.).
En concreto, el estudio coordinado por el doctor Michael Miller, profesor de medicina cardiovascular en la Universidad de Maryland, remarcó que los altos niveles de colesterol “bueno” no son previsores independientes de buena salud cardíaca.
“Desde luego no hay duda de que el HDL tiene un papel protector, como también demuestra el estudio, pero ha sido exagerado”, apuntó Miller, en la investigación divulgada en la revista científica Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes.
El investigador señaló que, por tanto, el HDL debería ser visto en realidad como una tercer prioridad, por detrás del LDL en primer lugar y los triglicéridos en segundo”.
El estudio se basó en los niveles de lípidos de 3.600 hombres y mujeres que no habían tenido problemas cardíacos en 25 años.
Tras aislar cada una de estas categorías y elevar o reducir sus niveles, concluyeron que los altos registros del colesterol bueno no eran suficientes para prevenir riesgos cardíacos.
El “buen” colesterol ayuda a transportar el colesterol “malo” de las arterias de vuelta al hígado, donde es filtrado para que salga del cuerpo.
El nivel óptimo de HDL es 100 miligramos por decilitro, mientras que es considerado alto si excede los 160.
Las afecciones cardíacas son la primera causa de muerte en EE.UU.