Ocho de cada diez personas que viven en zonas urbanas respiran un aire con niveles de contaminación que supera los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con una situación notoriamente más grave en los países de ingresos medios y bajos.
En este último grupo de países, el 98 % de ciudades con más de 100.000 habitantes no cumple con las normas internacionales en materia de calidad del aire, mientras que en los países ricos ese porcentaje se reduce al 56 %.
Estos son algunos de los hallazgos más relevantes de la base de datos sobre contaminación ambiental presentada hoy por la OMS, que incluye informaciones de 3.000 ciudades en 103 países, lo que supone la mayor compilación de datos efectuada hasta el momento.
“En la mayoría de los países pobres la calidad del aire está empeorando y esto se ha convertido en una tendencia, mientras que se observa lo contrario en los países con mayores ingresos”, declaró el coordinador del Departamento de Salud Pública y sus Determinantes Sociales y Ambientales de la OMS, Carlos Dora.
Si se hace una extrapolación de los datos se puede sostener que más de la mitad de la población urbana vive en ciudades con un nivel de contaminación 2,5 veces mayor al recomendado y que sólo el 16 % respira un aire que cumple con las normas.
En la presentación de estos datos a la prensa, Dora recalcó que en todas las regiones, incluso predominantemente pobres, algunas ciudades están consiguiendo mejorar la calidad de su aire, pero lamentó que “la mayoría de ciudades van en la mala dirección”.
Sin embargo, la contaminación ambiental no debe ser observada como una fatalidad en los países pobres: “hay ciertas ciudades que pertenecen a países con pocos recursos y que han mejorado la calidad de su aire y eso es muy prometedor”.
La OMS atribuye más de 7 millones de muertes al año a la contaminación del aire, causada por la elevada concentración de partículas pequeñas y finas que provocan diversas enfermedades -cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias- y aumenta el riesgo de derrame cerebral y cardiopatía.
Según Dora, si se redujese la contaminación del aire a una cuarta parte, conforme a los límites establecidos por la OMS, se conseguiría reducir en un 15 % la mortalidad.
Las ciudades que han experimentado progresos lo han hecho gracias a mejoras en sus sistemas de transporte colectivo e incentivando el uso de vehículos no motorizados, particularmente bicicletas, aumentando los espacios verdes y mejorando las gestión de los desechos.
La OMS mide dos tipos de partículas, de las cuales la más fina es la que se introduce con más facilidad en los pulmones y en la corriente sanguínea, con consecuencias más directas para la salud.
De su medición por países y considerando un límite de 10 microgramos por metro cúbico por año para ese tipo de partículas, algunas de las ciudades con mayores niveles de contaminación del aire en Latinoamérica son Lima (51 microgramos), La Paz (44 microgramos), Guatemala (41 microgramos) y Tegucigalpa (36 microgramos).
Santiago de Chile figura con 29 microgramos por metro cúbico al año, Venezuela con 25, Bogotá con 24, Ciudad de México con 20, Quito con 18 y Cali (Colombia) con 17.
Las ciudades españolas, como ocurre de forma general en la mayoría de países de la Unión Europea, cumplen con los estándares internacionales de calidad del aire y si superan los límites es por muy poco.
“En general, España está muy igualada al resto de los países de la Unión Europea, donde se han hecho grandes mejoras. Europa y Norteamérica son las regiones del mundo donde más se ha avanzado en cuanto a la calidad del aire”, comentó la directora del Departamento de Salud Pública y sus Determinantes Sociales y Ambientales de la OMS, María Neira.
“Lo que se puede decir con satisfacción es que cada vez más ciudades en España reportan regularmente (sobre la calidad del aire) y eso es una buena señal porque se recogen datos que sirven para aplicar medidas y porque eso quiere decir que hay una mayor demanda social”, comentó.