Novak Djokovic no tarareó una canción cuando las cosas se pusieron difíciles el sábado en el Masters de Shanghai. En cambio, el serbio destrozó una raqueta, rompió una camiseta y dejó bullir la frustración.
Djokovic tuvo dificultades para controlar sus errores y temperamento, y cayó 6-4, 6-4 ante el español Roberto Bautista Agut en las semifinales de Shanghai.
Andy Murray tuvo sus propios problemas para manejar sus emociones en la otra semifinal ante Gilles Simon, pero el escocés pudo enfocarse para ganar 6-4, 6-3 y avanzar a su décima final del año.
Djokovic, tres veces campeón en Shanghai, lució impreciso por segundo día consecutivo, después de tener que esforzarse al máximo para superar al ignoto Mischa Zverev en los cuartos de final. Mandó sus tiros afuera y falló voleas de rutina, para sumar 29 errores no forzados.
También aprovechó apenas dos de los nueve puntos de quiebre que tuvo a su favor.
Contra Zverev, Djokovic intentó mantener la calma cuando cometió errores tarareando una canción. Pero esa nueva actitud zen estuvo ausente el sábado.
El serbio hizo pedazos su raqueta después de perder el primer set —incluso agarró una toalla de una recogepelotas para recoger las partes él mismo— y se rasgó la camisa furioso durante otro punto.
También peleó repetidamente con el juez Carlos Bernardes sobre las pelotas en la línea y por una infracción de exceso de tiempo cuando se cambió la camisa rasgada. Continuó el intercambio verbal, incluso después del partido, cuando se quejó en una conferencia de prensa posterior.
“(Bernardes) fue la estrella del espectáculo”, aseguró. “Eso es lo que quería ser hoy”.
Djokovic ha hablado en varias ocasiones esta semana acerca de que trataría de calmarse en la cancha y se reencontrar su alegría interior por el juego, después de un par de años que lo dejaron agotado emocionalmente.
“Fue uno de esos días”, dijo el número uno del mundo. “Las cosas te salen al revés de como quisieras, pero, de nuevo, uno aprende. Cada día es una lección”.
Esta ha sido una temporada llena de lecciones para un jugador que no está acostumbrado a la derrota. Perdió en Wimbledon ante Sam Querrey, en la primera ronda de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro frente a Juan Martín del Potro, y en la final del US Open ante Stan Wawrinka.
También ha tenido lesiones, otro problema inusual en años recientes para Djokovic.
Pero el serbio no cree que estas situaciones sean insuperables, o que lo llevarán a seguir bajando su rendimiento.
“Tarde o temprano tenía que pasar por esto”, dijo. “Sabía que no podría seguir jugando al más alto nivel todo el tiempo durante tantos años. Pero es una buena experiencia, y ojalá me ayude a mejorar”.
Bautista Agut ganó por primera vez en seis duelos con Djokovic.
“Recuerdo que la primera vez que jugué contra (Djokovic) pensé que era de otro planeta”, dijo el español. “Ahora creo que estoy más cerca a él”.