Thursday, March 28, 2024
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JUAN PABLO DIARTE, el más grande dominicano de todos los tiempos

Juan Pablo Duarte Díez, nacido en la Ciudad Colonial, Santo Domingo, España colonial; 26 de enero de 1813- y fallecido en Caracas, Venezuela; 15 de julio de 1876.

Fue un político y activista liberal. Está considerado, junto a Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, como uno de los padres de la patria y fundador junto a ellos, de la República Dominicana.

En 1802 los padres de Duarte, emigraron desde la colonia española en Santo Domingo a Mayagüez, Puerto Rico, evadiendo la imposición del estado francés en el lado oriental de la isla. Allí nació Vicente Celestino. Esta transformación de la parte colonial de la isla se hizo evidente el año anterior, cuando Toussaint Louverture, el gobernador de Saint Domingue (actual Haití), una colonia francesa situada en el tercio occidental de La Española, tomó el control de Santo Domingo, situado en la parte oriental de la misma. En ese momento, Francia y Saint Domingue estaban pasando por exhaustivos movimientos sociales, a saber, laRevolución Francesa y la Revolución Haitiana. En la ocupación de la parte española de la isla, el legendario gobernador negro Louverture, estaba siguiendo las indicaciones otorgadas por los gobiernos de Francia y España en la Paz de Basilea, firmado en 1795, en el cual España le había cedido la parte española a Francia.

A su llegada a Santo Domingo, Louverture inmediatamente abolió la esclavitud, aunque la abolición definitiva no tuvo lugar hasta 1822. Además, convirtió al francés las viejas instituciones coloniales españolas. Puerto Rico seguía siendo una colonia española, y al estar Mayagüez tan cerca de La Española, al otro lado del Canal de la Mona, se había convertido en refugio para los que como los Duarte, no aceptaban el gobierno francés. La mayoría de los historiadores suponen que el primer hijo de los Duarte, Vicente Celestino, nació allí, en Mayagüez. La familia regresó a Santo Domingo en 1809, después de que la Guerra de la Reconquista devolviera el lado oriental de La Española al control español.

La familia de Juan Pablo Duarte, era de clase media y se dedicaba al comercio de artículos de marina y ferretería en la zona portuaria de Santo Domingo. Hijo de Juan José Duarte Rodríguez (próspero comerciante español procedente de Vejer de la Frontera, Cádiz, España) y Manuela Díez Jiménez (natural de El Seybo, hija de un español y una dominicana). Duarte fue el cuarto de once hermanos, siendo los más conocidos Vicente Celestino, comerciante de madera y Rosa Protomártir,

Juan Pablo fue bautizado en la iglesia de Santa Bárbara el 4 de febrero de 1813. Sus primeras enseñanzas las recibió de su madre y, más tarde, asistió a una pequeña escuela de párvulos dirigida por una profesora de apellido Montilla. De allí pasó a una escuela primaria para varones, donde desde muy temprano dio muestras de una gran inteligencia. Fue admitido más tarde en la escuela de don Manuel Aybar, completando sus conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética elemental.

Siendo casi un niño recibió clases sobre teneduría de libros para pasar, ya adolescente, bajo la tutoría del doctor Juan Vicente Troncoso, uno de los más sabios profesores de entonces. Con él estudió Filosofía y Derecho Romano, mostrando, una vez más, su gran deseo de superación y de amor por los estudios.

Duarte tuvo 10 hermanos, varios de los cuales murieron muy jovenes:

Vicente Celestino (N.1802- M.1865)
Maria Josefa ( N. 1810 – M. 1843)
Manuel ( N. 1811- M. 1811)
Ana María (N. 1814- M.1816)
Manuel ( N. 1816- M.1818)
Filomena (N. 1818-1865)
Rosa Protomártir ( N. 1820- M.1888)
Juana Bautista ( N. 1824- M. 1843)
Manuel Amáralos María ( N.1826- M.1890)
María Francisca ( N. 1831- M. 1889)

En 1819, Duarte se inscribió en la escuela del Prof. Manuel Aybar donde aprende lectura, escritura, gramática y aritmética.

En 1828 o en 1829, con apenas quince años de edad, y acompañado del señor Pablo Pujols, comerciante ligado a su familia, sale vía Estados Unidos, Inglaterra, y Francia rumbo a España, radicándose en Barcelona, donde tenía parientes. Poco se conoce de Duarte durante su permanencia en España.

Este viaje es el inicio de la historia de la república, el capitán de la embarcación de varias maneras quiso humillar a duarte insinuando que su pueblo era cobarde y su raza haitiana, esta cuestión del capitán es la que impulsa a Duarte a liberar a su pueblo, fundándola libre e independiente de toda dominación extranjera.

Para 1831 ó 1832 aparece de nuevo en Santo Domingo y trabaja en el negocio de su padre. Realiza una intensa vida social que le liga a importantes sectores de la pequeña burguesía urbana. Es testigo de matrimonios, apadrina bautizos y asiste a reuniones de carácter cultural. Esa vivencia de la sociedad es la que le permite percibir que existe un sentimiento patriótico que rechaza la presencia de los haitianos en el país. El mérito de Duarte, como patriota y como político organizador estriba, fundamentalmente, en que supo interpretar el momento histórico que vivía la sociedad dominicana de aquel entonces, renuente en sus capas más decisivas a aceptar la dominación haitiana. Para ese momento el gobierno de Boyer había envejecido y de un gobierno liberal y progresista, pasó a ser una dictadura con graves problemas económicos y resistencia interna en su territorio original.

Duarte fundó el 16 de Julio del 1838, en el lugar de la calle Arzobispo Nouel, frente a la Iglesia del Carmen, en el hogar de Juan Isidro Pérez de la Paz, la sociedad patriótica y secreta La Trinitaria.

Era un movimiento juvenil, por eso Rosa Duarte, la hermana del prócer, nos dice que “las gentes le dieron a la revolución el nombre de la revolución de los muchachos”, pues a más de que la mayor parte era muy joven, el que hacía de jefe no representaba 18 años.

Algunos de sus primeros miembros incluyeron: Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra de Castro, Benito González, Felipe Alfáu y Juan Nepomuceno Ravelo (más adelante se unirían Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, adquiriendo un rol protagónico junto a Duarte).

Los trinitarios hacían su trabajo político a partir de una estructura celular clandestina. Los iniciados hacían el juramento de luchar por la independencia de la República Dominicana bajo el lema “Dios, Patria y Libertad”.

En 1840 para sus actividades públicas constituyeron otra sociedad llamada La Filantrópica, que llevaba por lema “Paz, unión y amistad”, y tenía una presencia más pública, tratando de difundir las ideas veladas de liberación a través de escenarios teatrales. Entre las obras que se llegaron a representar están: “Roma Libre” del dramaturgo italiano Vittorio Alfieri, “La viuda de Padilla” deFrancisco Martínez de la Rosa, “Un día del año 23 en Cádiz” de Eugenio de Ochoa, entre otras. Luego de varios intentos fallidos, los trinitarios no se sentían a vasto y fundaron La Dramática. En esta tercera sociedad, todos los trinitarios se dedicaron a la actuación.

Cuando se inició en 1843 la revolución contra Boyer que repercutió en la parte oriental de la isla, Duarte encabeza el movimiento reformista en la ciudad de Santo Domingo. Juega un papel decisivo que lo llevó al liderato de los republicanos que luchaban por la independencia. Las circunstancias lo obligaron, más tarde, junto a otros compañeros a abandonar el país.

Desde el exilio Duarte supervisó y financió la guerra de independencia llevada a cabo por sus compañeros de lucha, lo que derivó en su ruina económica. Su liderazgo lo convirtió en blanco de acusaciones que lo llevaron a ser expulsado de la recién creada nación en varias ocasiones. Su visión liberal se vio socavada por las élites conservadoras que pretendían someter el país a las potencias coloniales y volver al regionalismo tradicional. Sin embargo, sus ideales democráticos, aunque un tanto imprecisos, han servido como principios rectores para la mayoría de los gobiernos dominicanos. Su iniciativa lo convirtió en un mártir político a los ojos de las generaciones posteriores.

En 1842, Duarte se convirtió en oficial de alto rango de la Guardia Nacional, dirigida por el gobierno haitiano. En 1843 participó en la «Revolución Reformista » a contra la dictadura de Jean Pierre Boyer, quien amenazaba con invadir la parte occidental de la isla con intención de unificarla. Tras la derrota del presidente haitiano Charles Herard y la proclamación de la independencia dominicana en 1844, la Junta formada para designar al primer gobernante de la nación eligió por mayoría a Duarte para presidirla pero él declinó la propuesta, tomando el cargo en su lugar Tomás Bobadilla.

Duarte sostuvo fuertes desacuerdos con sectores conservadores, en especial con el terrateniente Pedro Santana, quien consideraba inviables las ideas independentistas de Duarte. De estas pugnas, Santana salió fortalecido mientras que Duarte sufrió varios destierros y murió exiliado en Venezuela en 1876.

PRIMER EXILIO Y DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA

En 1843, en pleno preparativo para organizar el movimiento de independencia, Duarte tiene que abandonar el país de manera clandestina hacia Curazao por su conducta insurgente, donde le sorprende la noticia de la muerte de su padre el 25 de noviembre de ese año. Entonces, Duarte le indica a su madre vender el negocio familiar para financiar la revolución independentista.

En su ausencia, Sánchez tuvo que tomar las riendas del movimiento y realiza una alianza con el sector separatista conservador encabezado por Tomás Bobadilla y Briones y Buenaventura Báez, surgiendo el Manifiesto del 16 de enero de 1844. Todo esto, junto con la ayuda de muchos que querían librarse de los haitianos que gobernaban sobre los dominicanos condujo a la proclamación de la independencia el 27 de febrero 1844.

Regreso: primera constitución dominicana

Juan Pablo Duarte arribó a Santo Domingo el 15 de marzo de 1844, días después de declarada la independencia del país, cargado con las armas que había comprado en Curazao con el dinero de su propia familia y siendo recibido apoteósicamente comoPadre de la Patria. De inmediato, fue designado general del ejército y vocal de laJunta Central que gobernaba la naciente república. Esta junta tuvo también como finalidad la designación del primer gobernante de la nación. Aunque Duarte fue apoyado por muchos como candidato a la presidencia y Mella incluso lo declaró presidente, Duarte declinó argumentando que sólo aceptaría el cargo por la elección mayoritaria de los dominicanos, lo que determinó que Tomás Bobadilla asumiera el cargo.

Duarte tenía un concepto definido de la nación dominicana y de sus integrantes. Su concepción de república era la de un patriota republicano, anticolonialista, liberal y progresista. En esa época redactó un proyecto de constitución que dice con claridad que la bandera dominicana puede cobijar a todas las razas, sin excluir ni dar predominio a ninguna.

Enviado a combatir al ejército haitiano, entra en contradicciones con Pedro Santana, terrateniente, jefe del ejército en el sur del país y uno de los principales caudillos del sector conservador, de tendencias colonialistas y anexionistas.

Diferencias con Santana: segundo exilio

El 26 de mayo de 1844, Tomás Bobadilla, jurista y primer gobernador de la nueva Junta, propuso que la república fuera protectorado de Francia. Como dicho sector se había adueñado del poder y tenía mayoría en la recién creada Junta Central Gubernativa para imponer la conversión del nuevo país en un protectorado francés. El 9 de junio, Duarte encabezó junto a Sánchez un golpe de estado que destituyó a Bobadilla y sustituyó los miembros conservadores de la Junta Central por otros liberales. Esta nueva Junta, ahora encabezada por Sánchez, envió a Duarte y a Mella a la región norte a conseguir apoyo. En julio, el ejército del norte proclamó a Duarte como presidente. A pesar de que Duarte no aceptó, Santana protesta y apoyándose en el ejército del sur, entró a Santo Domingo y disolvió la Junta que presidía Sánchez, creando otra.

En agosto, Santana dispuso el apresamiento de Duarte, quien se rehusaba volver al dominio español. Sin embargo, se dejó apresar para evitar una guerra civil que pudiera ser aprovechada por los haitianos; y el 10 de septiembre, Santana declaró a Duarte, Sánchez, Mella y otros liberales “traidores a la Patria” enviándolos al exilio en Hamburgo. Tras una breve estancia de en Hamburgo, el 30 de noviembre se trasladó a La Guaira, donde su familia completa, ahora sumida en la miseria, también había sido desterrada por Santana.

En febrero de 1845, estando en Caracas, recibe la noticia del fusilamiento de María Trinidad Sánchez. Asumiéndose culpable de esta muerte, y rechazando la idea de alentar una guerra civil, Duarte desaparece de la vida pública, internándose en la selva venezolana. Después de escribir su libro “La Cartera Del Proscripto” se radica en la ciudad de Angostura, donde pierde todo contacto con amigos y familiares por más de quince años.

En 1861, debido una vez más a las invasiones haitianas, el desorden interno, y su mal gobierno, Santana convirtió el país en una colonia española (conocida como la Anexión a España). Por esta acción, fue galardonado con el título de Marqués de Las Carreras por la reina Isabel II.

En 1862, Duarte reaparece en Caracas para organizar junto a su hermano Vicente Celestino una pequeña expedición.

El 24 de marzo de 1864, Duarte regresa a Santo Domingo para ponerse a las órdenes del gobierno restaurador en armas de Santiago de los Caballeros. Este gobierno decidió nombrarlo su representante en el exterior con la misión de obtener apoyo de Venezuela y los demás países en la lucha militar contra España.

ULTIMO EXILIO, LEGADO Y MUERTE

El 7 de junio de 1864, Duarte fue enviado como cónsul al exterior, con el objetivo de recolectar fondos para la causa restauradora, la decisión no buscaba más que sacarlo del camino. Esta hipótesis, sin embargo, no ha sido comprobada. Aunque la actitud del Gobierno Restaurador no fuera esa, la misión encargada a Duarte terminó por convertirse en otra especie de exilio. Aunque le habían cedido una pensión honorífica, terminaron incumpliéndola y Duarte se quedó con su familia subsistiendo de una fábrica de velas en Venezuela.

A pesar de que el presidente Ignacio María González le pidió que regresara, esta vez la ausencia fue definitiva, y Duarte falleció el 15 de julio de 1876 en Caracas. Sus restos fueron trasladados a suelo dominicano en 1884, irónicamente, por el gobierno de Ulises Heureaux (de ascendencia haitiana), quien lo declaró Padre de la Patria junto a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella. Sin embargo, no fue hasta 1944 que los restos de los tres héroes nacionales fueron sepultados en el lugar donde se realizó la proclama que los hizo legendarios, el Altar de la Patria (su actual morada).

Duarte logró establecer una República libre, que a través del proceso de votación, podría dar lugar a una democracia donde todos los ciudadanos, en teoría, pudieran ser iguales y libres.

Los viajes de estudios que realizó a Europa en su adolescencia, continente donde se debatían e imponían ideas liberales resultantes de la Revolución Francesa, influyó mucho en sus actitudes posteriores en las luchas independentistas.

Es considerado como héroe nacional y padre de la democracia en la República Dominicana. Además se le atribuye ser el precursor del teatro dominicano al ser el primero en promover eventos teatrales mediante las sociedades La Filantrópica y La Dramática, las cuales tenían como fin presentar obras teatrales alusivas a la libertad dominicana.

Una de sus frases más emblemáticas fue sin lugar a dudas “¡Vivir sin patria, es lo mismo que vivir sin honor!”, la cual dejó una gran impronta en el pueblo dominicano.


Su casa natal fue convertida en un museo. En la misma vivió la familia Duarte-Diez desde su llegada a Santo Domingo hasta su exilio.

El 26 de enero de 2013 se celebró el bicentenario de su nacimiento.
Vida privada

La vida personal de Duarte hasta la fecha es tema de discusión. Se sabe que fue un poeta empedernido, recitando versos con mucha frecuencia. También solía tocar la guitarra, el piano y la flauta; además practicaba esgrima. Era seguidor del Romanticismo

Durante su juventud Duarte mantuvo varias relaciones amorosas, algunas de las cuales inciertas. La primera relación la sostuvo con María Antonia Bobadilla, con la cual terminó años después por razones desconocidas. Por segunda ocasión, Duarte se enamoró de Prudencia “Nona” Lluberes, descendiente de catalanes; Duarte llegó a formalizar la relación, pero terminó debido a su destierro y su posterior padecimiento de tuberculosis. Las fechas en las que Duarte mantuvo estas relaciones no se conocen, dada la imprecisión sobre su vida privada y a los últimos años de su vida en el exilio. También algunos historiadores certifican que tuvo un hijo durante su estadía en Venezuela con una mujer llamada Marcela Mercedes.

Duarte se enamoró de María Antonieta Bobadilla y ella le correspondió. El Museo de Duarte conserva la sortija que éste le diera a Bobadilla como señal de compromiso.

Las relaciones sentimentales de Duarte.

Jose Joaquín Perez Saviñon, director del Instituto Duartiano, comenta el desenlace de la primera historia de amor del patricio: “Por razones que se desconocen el compromiso se rompió”. Pero Duarte tendría oportunidad de volver a enamorarse, esta vez de una descendiente de catalanes y pariente de varios patriotas, Prudencia Lluberes, La Nona.

Troncoso Sánchez dice en “Apuntes duartianos” que “esta segunda novia recibió, como la primera, su promesa de matrimonio simbolizada en una sortija”.

Siempre perseguido por sus ideales, Duarte amó, pero no pudo seguir con Prudencia “Nona” Lluberes. Pérez Saviñón comenta que Yovanny Ferrúa escribió un artículo destacando que ya en el exilio, Duarte quiso casarse con ella por poder, pero no lo dejaron porque ya padecía tuberculosis. “Incluso le rompían a ella las cartas que él le mandaba por temor al contagio, por eso no se conservan cartas amorosas de Duarte”, dice el presidente del Instituto Duartiano.

Pérez Saviñón asegura que Prudencia siempre esperó y soñó con el Padre de la patria. No se casó nunca. “Cuando trajeron los restos de Duarte, Nona vivía frente al parque Colón y la sacaron al balcón ya ciega, muy anciana y se dice que ella dijo: ‘Hasta aquí te he seguido Juan Pablo’, y a los pocos meses murió”, narra.

Mientras en el país se mantiene la versión de que Duarte no se casó nunca y mucho menos que tuvo hijos, el Boletín 117 del Archivo General de la Nación, llamado “La familia Duarte. La genealogía al servicio de la historia”, Antonio José Guerra Sánchez hace referencia a las Teorías de las descendencias de Juan Pablo Duarte Díez.

Dice Guerra Sánchez: “En diferentes épocas, algunos autores (entre los que se cita al periodista e historiador, originario de Arecibo, Puerto Rico, Luis Padilla D’Onis), han pretendido indicar descendencia del Patricio Juan Pablo Duarte, a través de su prima Vicenta Díez, en sus hijas Carmen Sandalia y Sinforosa Duarte Díez”. Sin embargo añade que se desconoce que existiese una Vicenta Díez y aún menos se sabe de cuál de los hermanos de la madre del prócer fue hija.

Lo que si es cierto es que Duarte no se casó, y según Pérez Saviñón no lo hizo “porque dijo claramente que se había casado con la patria, todos sus afanes fueron por la Patria. El amor por la patria fue superior a todo, incluso siendo ya un anciano vencido, todavía pensaba en la patria. Se sacrificó por su espíritu de servicio”, dice.–

  • Texto: Compendio y resumen de varios autores, entre ellos J.Marcano, Frank Moya P. y Li Misol, para el Listín Diario…
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